jueves, 27 de diciembre de 2012

ASESINADA LORENA HENAO VIUDA DE IVAN URDINOLA


El comandante de la policía de Armenia, Luis E. Roa Merchan afirmó que dos sicarios le dispararon cuando transitaba en un carro por la vía que comunica a Armenia con el municipio de La Tebaida en un sector de fincas campestres ocurrió cerca de las 2:00 de la tarde, el vehículo particular tenias las placas CKH 818 de Cali.

En el vehículo que se transportaban las víctimas, también viajaba una menor de edad de 12 años, quien resultó herida y por fortuna ya recibe atención médica en un centro asistencial.

Las autoridades en este momento confirman bajo pruebas dactilares la identidad de Lorena Henao para dar conocimiento a los medios de comunicación. cabe recordar que en 2011 Lorena había recuperado su libertad, gracias a la decisión de un juez de Cúcuta.

El narco Iván Urdinola era considerado miembro del cartel del norte del Valle y miembro del llamadao "Clan Montoya", cuyos integrantes han sido señalados de conformar una de las más poderosas redes del narcotráfico internacional,  había sido condenado a 14 años de prisión por del tribunal superior de Bogotá, quien murió en extrañas circunstancias cuando estaba recluido en la cárcel de máxima seguridad en Itaguí (Antioquia).

Con información de medios de comunicación


miércoles, 26 de diciembre de 2012

MEXICANOS, PODEROSOS, LETALES


Luis Guillermo Castillo Rubio, El Pariente, líder de La Línea, afirma que Vicente Carrillo Fuentes no tiene hombres de confianza; está débil el cártel del extinto Señor de los Cielos


Luis Guillermo Castillo Rubio, El Pariente, líder de la Línea, brazo Armado del Cártel de Juárez, detenido el pasado fin de semana por la Policía Federal, reveló que Vicente Carrillo Fuentes, El Viceroy, se quedó solo.

Carrillo Fuentes, líder del citado y uno de los hombres más buscados por los gobiernos de México y Estados Unidos, dijo El Pariente, ya no tiene apoyo ni hombres de confianza. Esta vulnerable ante una posible detención.

El Pariente se asumió como el hombre más cercanos a El Viceroy, por cuya detención se ofrece en México una recompensa de hasta 15 millones de pesos a quien colabore con su captura.

La detención de El Viceroy significaría la desintegración por completo del Cártel de Juárez. Otros líderes de ese grupo, ya fallecidos son Amado Carrillo Fuentes, El Señor de los Cielos; Rodolfo Carrillo Fuentes, El Niño de Oro; en tanto que el detenido y extraditado fue Vicente Carrillo Leyva, El Vicentillo.

Estas bajas, se suman a la ruptura de este grupo criminal con Ismael Zambada, El Mayo, quien fuera uno de los principales aliados de El Viceroy.

El Pariente, como hombre cercano a El Viceroy, tenía bajo su mando a José Antonio Acosta Hernández, El Diego, detenido en 2001 y quien se declaró ante una Corte de Estados Unidos culpable de 11 cargos.

La Juez Kathleen Cardone lo sentenció a diez condenas perpetuas, más 20 años en una prisión federal. El Diego era integrante de La Línea, y entre los delitos que confesó, fue haber participado u ordenados unos mil 500 homicidios.

El Diego también está vinculado por autoridades mexicanas en la masacre de Villas de Salvarcar, en Ciudad Juárez, perpetrada el 30 de enero de 2010; y en la ejecución de dos estadunidenses adscritos al consultado en aquella ciudad.

El Pariente, es fundador de La Línea y encargado de organizar los campamentos de adiestramiento de sicarios al servicio de El Viceroy. El pasado jueves fue detenido en Querétaro.

Dicho sujeto está a disposición de la SIEDO, donde ya rindió su declaración ministerial en torno a las actividades ilícitas que se venía dedicando, principalmente al trasiego de droga hacia Estados Unidos.

LA REINA DEL PACIFICO SANDRA AVILA BELTRAN


Detenida "El crimen no paga"

También detienen a su esposo, El Tigre, sobrino del capo colombiano Don Diego, quien trafica 70% de la droga a EU; la inculpada ya duerme en la Peni de Santa Martha.

México.- La Policía Federal detuvo a Sandra Ávila Beltrán, La Reina del Pacífico, considerada “una líder histórica en el trasiego de cocaína de Sudamérica a México” y sobrina del capo Miguel Angel Félix Gallardo, tío de los hermanos Arellano Félix del cártel de Tijuana.

El subsecretario de Estrategia e Inteligencia Policial, Patricio Patiño Arias, reveló que esta mujer era la encargada de hacer relaciones públicas para la organización criminal de Ismael El Mayo Zambada y su función, explicó, consistía en operar la logística para la introducción de cocaína procedente de Colombia.

Ávila Beltrán fue llevada a las instalaciones de la Subprocuraduría de Investigación Especializada en Delincuencia Organizada, a pesar de que existen diversas órdenes de aprehensión en su contra relacionadas con al menos tres averiguaciones previas y con una orden de detención con fines de extradición a los Estados Unidos, por delitos contra la salud, en su modalidad del narcotráfico y operaciones con recursos de procedencia ilícita.

En su declaración, aseguró dedicarse al hogar, al comercio y a rentar casas.

Fue capturada al salir del restaurante Vips de San Jerónimo, a bordo de una camioneta BMW modelo X5, con placas de circulación 918 ULR del Distrito Federal.

Como parte del seguimiento a su detención, la Policía Federal también aseguró a Juan Diego Espinoza Ramírez, El Tigre, esposo de Ávila Beltrán, al salir de la panadería La Gran Vía de Plaza San Jerónimo, quien fue interrogado en la SIEDO.

Al filo de la medianoche, Ávila Beltrán —quien enfrenta una orden de aprehensión con fines de extradición— fue trasladada a la Penitenciaria de Santa Martha en medio de un fuerte dispositivo de la Policía Federal. Un convoy de ocho vehículos escoltó la camioneta en que viajaban la detenida.

La Reina del Pacífico mantenía vínculos con narcotraficantes colombianos del cártel del Norte del Valle, como Diego Montoya, Don Diego, detenido el pasado 10 de septiembre en Colombia y tío de El Tigre, quien al momento de ser capturado tenía en su poder dos computadoras personales que contenían información sobre todos sus contactos. Este capo era el responsable de introducir 70 por ciento de droga a Estados Unidos.

Ávila Beltrán es también sobrina de Juan José Quintero Payán, miembro del cártel de Juárez, y se le señala como la responsable de intentar introducir nueve toneladas 268 kilos 843 gramos de cocaína, que se encontraban en un buque atunero —el Macel—, cargamento valuado en aproximadamente 80 millones de dólares y asegurado por la Armada frente a las costas de Colima el 20 de diciembre de 2001.

Trayectoria

La historia de Sandra Ávila Leyva se parece mucho a la novela del escritor español Arturo Pérez-Reverte, quien niega haberse inspirado en ella para escribir La Reina del Sur, libro en el que una mujer narcotraficante de nombre Teresa Mendoza mantiene nexos con capos de Sudamérica.

En la vida real, Ávila Leyva, quien nació en Baja California hace 46 años, inició una federación de prominentes capos mexicanos para importar cargamentos de droga de Colombia. En ésta se encontraban Ismael El Mayo Zambada, Ignacio Nacho Coronel Villarreal y el colombiano Espinosa Ramírez.

En octubre de 2002, la Procuraduría General de la República puso al descubierto una organización internacional de narcotraficantes de origen colombiano que operaba en México, a cuyos integrantes les aseguró 225 predios, dos casas y una empresa, en Hermosillo, Sonora; propiedades de Ávila Beltrán.

Las investigaciones permitieron establecer que El Tigre y su hermano, de nombre Mauricio, encabezan una organización criminal internacional dedicada al tráfico de estupefacientes a gran escala, en la que participaban personas de nacionalidad colombiana y mexicana, sobre todo mujeres, las cuales son las encargadas de sacar del país fuertes cantidades de moneda extranjera.

Esta organización está relacionada con la tripulación del buque Macel.

Otros golpes a esta organización delictiva se concretaron en julio de ese mismo año cuando se detuvo en el Aeropuerto de la Ciudad de México a Liliana Bustamante Trujillo, con un millón 496 mil 297 dólares, y a Martha Lucía Riveros García, en agosto, con 828 mil 700 dólares.

Como resultado de las investigaciones se logró establecer que Bustamante Trujillo es esposa de Álvaro Espinoza Salazar, medio hermano de El Tigre, y administraba en Jalisco dos negocios de la organización, con razón social Electric Beach, propiedad de Espinoza Ramírez y Ávila Beltrán.

Me caí de la nube en que andaba

Siempre creí que los narcocorridos mejicanos eran sólo canciones, y que El conde de Montecristo era sólo una novela. Se lo comenté a Teresa Mendoza el último día, cuando accedió a recibirme rodeada de guardaespaldas y policías en la casa donde se alojaba en la colonia Chapultepec, Culiacán, estado de Sinaloa. Mencioné a Edmundo Dantés, preguntándole si había leído el libro, y ella me dirigió una mirada silenciosa, tan larga que temí que nuestra conversación acabara allí. Luego se volvió hacia la lluvia que golpeaba en los cristales, y no sé si fue una sombra de la luz gris de afuera o una sonrisa absorta lo que dibujó en su boca un trazo extraño y cruel.

—No leo libros —dijo.

Supe que mentía, como sin duda había hecho infinidad de veces en los últimos doce años […] La realidad suele quedar por debajo de las leyendas; pero, en mi oficio, la palabra decepción siempre es relativa: realidad y leyenda son simple material de trabajo. El problema reside en que resulta imposible vivir durante semanas y meses obsesionado técnicamente con alguien sin hacerte una idea propia, definida y por supuesto inexacta, del sujeto en cuestión.

Fragmento de La Reina del Sur, de Arturo Pérez-Reverte

“La Reina del Sur”, corrido de Los Tigres del Norte

Voy a cantar un corrido, escuchen muy bien mis compas, para la Reina del Sur, traficante muy famosa. Nacida allá en Sinaloa, la tía Teresa Mendoza.

El Güero le dijo a Tere: “Te dejo mi celular. Cuando lo escuches, prietita, no trates de contestar, es porque ya me torcieron y tú tendrás que escapar”.

El Güero Dávila era piloto muy arriesgado, al cártel de Ciudad Juárez le hizo muchos mandados, en una avioneta Cessna, en la sierra lo mataron.

Dijo Epifanio Vargas: “Teresa vas a escapar, tengo un amigo en España, allá te puede esperar, me debe muchos favores y me tendrá que ayudar”.

Cuando llego a Melilla, luego le cambió la suerte, con Don Santiago Fisterra juntaron bastante gente, comprando y vendiendo droga para los dos continentes.

Manolo Céspedes dijo: “Teresa es muy arriesgada, le vende droga a Francia, a África y también a Italia, hasta los rusos le compran, es una tía muy pesada.

“Supo aprender el acento que usan por toda España, les demostró su jerarquía como la más noble dama, muchos les sorprendió Teresa la mexicana, a veces de piel vestía, de su tierra se acordaba, con botas de cocodrilo y de avestruz la chamarra, usaba cinto piteado, tequila cuando brindaba”.

Era la Reina del Sur, allá en su tierra natal, Teresa la mexicana del otro lado del mar, una mujer muy valiente que no la van a olvidar.

Un día desapareció Teresa la mexicana, dicen que está en la prisión, otros que vive en Italia, en California o Miami de la Unión Americana.


Justicia mexicana,mucho que desear


Sandra Ávila Beltrán, La reina del Pacífico, ha recibido amenazas de muerte de otras internas del reclusorio femenil de Santa Martha Acatitla.
Su abogado, Jorge Espino, solicitó a las autoridades penitenciarias del Distrito Federal protección especial para su defendida, quien presentó un amparo contra su extradición a Estados Unidos, donde se le acusa de narcotráfico.

Ávila también espera que un tribunal unitario determine, en segunda instancia, si queda absuelta de diversos cargos que le fincó la Procuraduría General de la República (PGR).
En diciembre pasado, Ávila Beltrán ganó en primera instancia una partida a la PGR, al ser considerada por un juez federal inocente de los cargos de lavado de dinero, delitos contra la salud y delincuencia organizada.

Según consta en un oficio que el abogado de la detenida entregó a las autoridades del sistema penitenciario del Distrito Federal, Ávila fue amenazada de muerte por dos internas en la cárcel donde está recluida desde 2007.
La mujer recibe, desde el pasado lunes, protección especial de custodios del penal, confirmaron a La Jornada funcionarios del Gobierno del Distrito Federal consultados ayer.

Según el abogado, no es la primera vez que las internas amenazan a su cliente. Explicó que los actos intimidatorios se recrudecieron en diciembre de 2010, cuando el juez Fernando Córdova del Valle, titular del juzgado 18 de distrito de procesos penales federales del Reclusorio Norte, concluyó que la PGR no ofreció pruebas suficientes para acreditar a Sandra Ávila los cargos de delincuencia organizada y delitos contra la salud, en la modalidad de fomento y operaciones con recursos de procedencia ilícita. (Vanguardia).


La mexicana Sandra Ávila Beltrán, ´la Reina del Pacífico´, recibió hoy decisiones judiciales favorables que ratifican la absolución de los delitos de delincuencia organizada y lavado de dinero.

La mexicana Sandra Ávila Beltrán, "la Reina del Pacífico", recibió hoy decisiones judiciales favorables que evitan de momento su extradición a EEUU y ratifican la absolución de los delitos de delincuencia organizada y lavado de dinero, aunque permanecerá en la cárcel por otro proceso también de blanqueo.

Ávila, detenida en septiembre de 2007, fue acusada por la Procuraduría General de la República (PGR, Fiscalía) de introducir en México varias toneladas de cocaína en 2002 junto con su pareja sentimental, el colombiano Juan Diego Espinosa, alias "El Tigre".

Un juez los absolvió a finales del año pasado de los cargos de delincuencia organizada y narcotráfico. En paralelo, Estados Unidos solicitó su extradición y la Secretaría de Relaciones Exteriores (SRE) aceptó entregarla, una vez que un juez diera la orden.

Este martes el Primer Tribunal Colegiado en Materia del Primer Circuito informó que condicionó la extradición de Sandra Ávila a que la Cancillería demuestre que en Estados Unidos no se pretende enjuiciarla por los mismos hechos por los que estaba siendo procesada en México.

En un fallo anterior, el Juzgado Décimo Tercero de Distrito de Amparo le había concedido a Sandra Ávila el amparo contra la extradición, pero ante la inconformidad del ministerio de Exteriores, el tribunal modificó ese amparo condicionándolo.

El Consejo de la Judicatura señaló este martes, por otra parte, que el Tercer Tribunal Unitario en Materia Penal del primer Circuito ratificó el fallo de un juez emitido en diciembre de 2010 que absolvió a Sandra Ávila y a Espinosa de los delitos de delincuencia organizada, narcotráfico y lavado de dinero.

El fallo del juez fue recurrido por el Ministerio Público (Fiscalía), pero hoy el tribunal explicó los argumentos de la sentencia absolutoria.

Entre otros, el tribunal dijo que los motivos de inconformidad del Ministerio Público fueron "insuficientes" y no ofreció "prueba idónea" para acreditar que Ávila y Espinosa adquirieron, transportaron o introdujeron 7,9 toneladas de cocaína en el buque "Macel".

Respecto a las acusaciones de lavado de dinero, el tribunal precisó que resultaron "infundados e inatendibles porque no se probó fehacientemente que las operaciones" (compras y depósitos bancarios) se hayan realizado con dinero producto de actividades ilícitas.

Agregó que durante el proceso se acreditó que las operaciones bancarias, así como las compras de inmuebles, Sandra Ávila las "efectuó con motivo de su actividad" de "compraventa de bienes inmuebles".

Aun así, Sandra Ávila permanecerá en prisión pues se enfrenta otro proceso por lavado de dinero, según dijo a Efe una fuente judicial.

"La Reina del Pacífico" no ha dejado de ser noticia desde que fue detenida, pues este año se vio envuelta en un escándalo en el penal de Santa Martha Acatitla después de que trascendió que se había aplicado un tratamiento de belleza prohibido a las reclusas.

La versión resultó falsa, aunque se descubrió que fue la directora de la cárcel, quien ya fue despedida, la que se aplicó una inyección de bótox. Después de ese escándalo, Ávila fue trasladada a un penal federal en el estado de Nayarit, oeste de México.

"El Tigre" fue extraditado en 2009 a Estados Unidos.

Ávila Beltrán es sobrina del narcotraficante Miguel Ángel Félix Gallardo y es considerada la inspiración para la protagonista de la novela "La reina del sur", del escritor Arturo Pérez-Reverte. EFE





jueves, 15 de noviembre de 2012

HENRY PEREZ ENEMIGO DE PABLO ESCOBAR


Pablo Escobar está en guerra con todo el mundo. Pero tal vez el más desconocido de sus enemigos, Henry Pérez, puede ser el más peligroso. SEMANA habló con él.
Para el jede del cartel de Medellín ser perseguido por el DAS, la Dijin, el Ejército, el Cuerpo Elite de la Policía, la DEA y hasta el propio cartel de Cali puede haberse convertido en un asunto de rutina. Pero su último enemigo puede ser, tal vez, el que más le quita el sueño: Henry de Jesús Pérez. El y Fidel Castaño "Rambo" son considerados los dos grandes jefes de los paramilitares en Colombia. El ejército de Rambo opera en Córdoba. El de Pérez en el Magdalena medio. El calificativo de paramilitar, sin embargo, no es aceptado por éste. El reconoce ser jefe de las autodefensas de su región, pero nada más.

Los ejércitos de Henry Pérez y de Fidel Castaño fueron considerados durante mucho tiempo tentáculos de las organizaciones de Pablo Escobar y Gonzalo Rodríguez Gacha, particularmente en la época de su guerra contra la izquierda. Por eso sorprendió a la opinión pública cuando en las últimas semanas comenzaron a surgir rumores y evidencias de que quienes eran considerados socios estaban enfrentados a muerte. Y "a muerte" en el mundo de Pablo Escobar Gaviria y de Henry Pérez no es, en absoluto, un giro literario.
Ninguno de estos cuatro hombres -Escobar, Rodríguez Gacha, Castaño y Pérez- habían hablado directamente con la prensa desde que sus guerras comenzaron. Ahora, por primera vez, lo hace uno de ellos: Henry de Jesús Pérez. Un hombre de 36 años, bajito, obeso, de ojos claros y con el empaque de un típico campesino del Magdalena medio, que habla de frente y no elude ninguna pregunta. SEMANA habló con él en una finca del Magdalena medio. La entrevista que se publica a continuación refleja la opinión que este controvertido personaje tiene sobre lo que está sucediendo en el país y sobre las guerras que está librando.

SEMANA: ¿Por qué comienza la guerra contra Escobar? ¿Cuáles son los orígenes de ese enfrentamiento?
HENRY DE JESUS PEREZ.- Muchos. Se hizo una evaluación de la situación del país y de cuál era el enemigo que estaba causando más daños en ese momento al país y coincidimos en que había pruebas de una alianza entre narcoterrorismo, terroristas de las guerrillas y guerrilleros y que eso creaba una situación muy especial. Una situación de alianzas de todo tipo que en últimas buscaban los mismos objetivos para derrocar al gobierno y crear una especie así como el Estado narcoterrorista de Colombia.

SEMANA: ¿Con qué fin?
H.J.P.: Escobar en últimas eso es lo que quiere. Tomarse el gobierno y poner calanchines en el gobierno. Nosotros teníamos esas informaciones y la evaluación nos llevó a que tarde que temprano la situación nos iba a llevar a un enfrentamiento militar con él. O sea el tipo tiene ideas muy equivocadas del poder. Del poder económico, del poder que tiene con sus bandas y pretendió que nosotros éramos personas como muy fáciles de asustar. Y como estamos acostumbrados en este país, que si alguien le dice a una persona: mire, es que yo vengo de parte de don Pablo Escobar todo el mundo de una vez corre a cumplirle órdenes, llora y se asusta y se mete debajo de la cama. Entonces él pretendió que a nosotros nos iba a asustar por el mismo lado. Entonces nos mandó razones de que nosotros teníamos que poner nuestra organización al servicio de él porque si no nos iba a volver nada, nos iba a acabar. Y él está muy equivocado. Nosotros no estamos dispuestos a dejarnos presionar de eso y mucho menos a meternos en una aventura loca como la que él piensa respecto al país.

SEMANA: ¿Cuál fue el florero de Llorente?
H.J.P.: Empezó a secuestrar amigos nuestros, a ganaderos de la región.
Nosotros nos enteramos de algunos casos e inmediatamente comenzamos a advertirles a ellos y al Estado de lo que estaba ocurriendo. Ahí nos decidimos a enfrentar la guerra. No había otra salida porque lo primero que van a decir, sí hay secuestros. Por eso lo que hicimos fue operativos antisecuestro.
SEMANA: ¿A quiénes liberaron?
H.J.P. Fueron operativos que se hicieron conjuntamente con el Cuerpo Elite. Entre ellos estaba Julián Echavarría.

SEMANA: ¿Qué datos nos puede dar sobre esa operación?
H.J.P. Prefiero no dar detalles. En todo caso cuando se enteró comenzó la guerra en serio.

SEMANA: ¿Se dice que la guerra contra Escobar empezó por el intento de secuestro del ganadero Jairo Correa?
H.J.P.: La guerra no empezó por eso. Hay muchas cosas equivocadas.
Porque esa versión comenzó a circular hace tres meses, y hasta donde yo sé el señor Correa esta detenido en la Dijin hace mucho tiempo. Al no ser que Escobar lo fuera a secuestrar allá.

SEMANA: ¿Por qué sólo ahora la opinión pública sabe que las autodefensas y Escobar están en guerra?
H.J.P. Porque a él no le convenía que se conociera. En el momento que se supiera que nosotros estábamos enfrentados con él, mucha gente de este país se iba a dar cuenta de que tenía un respaldo, como era el nuestro, y se iban a aliar con nosotros. Y nosotros íbamos también a tener un respaldo de la opinión pública y un respaldo de mucha gente que no está de acuerdo con las actividades de ese señor. Eso lo hubiera producido, como ya le produjo, una desbandada de gente. A él no le convenía que eso se supiera. Incluso, cuando nosotros sacamos un comunicado hace algunos meses, que salía por la prensa y todo, ellos en lugar de responder le dieron el perfil más bajito que pudieron para que la gente no se enterara bien. Entonces ahora nosotros fuimos los que tomamos la decisión de que esto debería hacerse público.

SEMANA: ¿Cuál es el objetivo de esa guerra? ¿Ustedes qué se han planteado frente a ella?
H.J.P. :¿Cuál puede ser el objetivo de una guerra? La victoria militar la aniquilación o la rendición.

SEMANA: ¿Ustedes han estado muy cerca de capturar a Pablo Escobar?
H.J.P.: En muchas oportunidades.

SEMANA.:¿Por qué no lo han cogido?
H.J.P.: Gajes del oficio. No sólo depende de nosotros sino del Estado y no toda la gente que trabaja para el Estado piensa de igual manera. Yo diría que a Pablo Escobar no se le ha podido capturar porque la mitad de quienes trabajan para el Estado lo protegen, mientras que la otra mitad lo persigue. Eso es una realidad.

SEMANA: ¿La organización de Escobar sigue siendo tan fuerte o está muy diezmada?
H.J.P.: Está muy diezmada. Y es que la organización de Escobar en la parte militar está basada en grupos de pistoleros, en bandas. Ahora en este momento tenemos información de que está reconstruyendo su estructura militar porque está recibiendo el apoyo de los grupos guerrilleros. Y va a ser un problema porque si no se le combate pronto y con la eficacia que debe ser, va a ser el Jacobo del mañana.

SEMANA: ¿Así ve la cosa?
H.J.P.: Eso se lo escuché personalmente a él. Una vez en Río Claro me dijo: "Unase a mis fuerzas porque yo voy a desestabilizar el país, porque estas montañas de Antioquia van a ser para mí como La Uribe para Jacobo Arenas".

SEMANA: ¿Usted por qué tuvo con tacto con él?
H.J.P.: Porque al comienzo del enfrentamiento, él todavía tenía dudas. No sabía que nosotros estábamos en eso, que no compartíamos sus ideas. Aunque es un hombre muy precavido, comenzamos a infiltrarle gente a su organización, a observar sus movimientos y a conocer su aparato militar.
El empezó a tener dudas. Y en una de esas oportunidades me llamó y yo fui y estuve hablando con él. Y ahí fue cuando él la puso de para arriba. Me reclamó que en los planes que él hacía yo no lo secundaba.

SEMANA: ¿Se declararon la guerra frente a frente?
H.J.P.: La declaración de guerra fue por radioteléfono. El una vez me dijo: "el que no está conmigo, está en contra mía. Y por radioteléfono me tocó decirle: "pues si no compartir las ideas suyas es estarán contra suya, estoy en contra suya.

SEMANA: ¿En ese enfrentamiento con Escobar ha habido muchas bajas de parte y parte?
H.J.P.: Las bajas que le hemos causado son muy graves. Su infraestructura militar está muy dañada. Le hemos hecho mucho daño. El Estado ha hecho muchas operaciones contra él, y algunos de sus jefes de banda están huyendo y otros están muertos.
Mucha gente se le ha retirado porque él ha atacado a sus propios amigos.

SEMANA: En el último comunicado de Los Extraditables se habla que dos dirigentes de la organización de autodefensas fueron dados de baja. ¿Eso es cierto?
H.J.P:. Sí, los dos comandantes del frente de Caucasia y Puerto Berrío fueron asesinados por gente al servicio de Escobar.

SEMANA: ¿Quiénes eran ellos?
H.J.P.: Eran comandantes de un frente. Eran personas que tenían una responsabilidad y un peso militar muy importante. Sus nombres de guerra eran el comandante Jesús y el comandante Carlos. Lo triste de esto es que fueron asesinados por miembros del mismo Estado, por policías. A Carlos, en Puerto Berrío, lo mato la policía, pagada por Escobar. Fueron unos agentes de la Sijin. Hay denuncias penales sobre esto, con 40 testigos para que no queden dudas.

SEMANA: ¿Ese es el único golpe que les ha dado?
H.J.P.: Sí, es el único golpe que nos ha dado.

SEMANA: ¿Ustedes qué golpes le han dado a la organización de él?
H.J.P.: Hasta de pecho. Pero esas son preguntas muy comprometedoras.

SEMANA: ¿En qué momento Escobar se da cuenta de que ustedes iban hasta el final?
H.J.P:. Después de la Operación Apocalipsis. En esta operación los organismos del Estado utilizaron hombres nuestros como guías. El vio que nuestros hombres estaban guiando las tropas. Y como se dice vulgarmente nos quemaron.

H.J.P.: Por los helicópteros. Es que los helicópteros no son para una guerra de estas. Se necesitan unidades especiales, de grupos pequeños, de hombres muy bien entrenados, que tengan la capacidad operativa. No hay otra manera, porque 15 helicópteros, dando vueltas se escuchan 15 ó 30 minutos antes de que lleguen al objetivo.

SEMANA: Se dice que ustedes fueron tentados por el narcotráfico y que empezaron a trabajar con ellos. Que hay de cierto en eso?
H.J.P: No. Nosotros tentados por el narcotráfico, no. Lo que sí hemos aceptado y aceptaremos en cualquier parte es que recibimos apoyo de una persona que tuvo vínculos con el narcotráfico: Gonzalo Rodríguez Gacha.
Pero de aceptar que uno fue amigo de un narcotraficante, como lo ha sido todo el mundo en este país, a decir que uno perteneció al narcotráfico, es muy distinto. Lo que ha habido es una cuestión de convivencia.

SEMANA: ¿Ustedes que posición tienen frente a lo que es el narcotráfico en el país?
H.J.P.: Mire: el narcotráfico en este país era un problema delincuencial.
Era. Porque con el tratamiento que se le ha dado lo han convertido en un problema de Estado. Uno hasta este momento no sabe exactamente cuál va a ser el fin del narcotráfico. Y lo que empezó como un problema delincuencial de tipo económico terminó conviertiéndose en una guerra peronista.

SEMANA:
 Eso qué quiere decir?
H.J.P.: Una combinación de movimiento político, lucha de clases y violencia.

SEMANA: ¿Pero cuál es su posicion frente a ese fenomeno?
H.J.P.: La posición nuestra frente al narcotráfico es que nosotros sabemos que está ahí, sabemos que es un delito. Lo que también es cierto es que a nosotros no nos corresponde hacer una cruzada en contra del narcotráfico, porque eso le corresponde es al Estado.

SEMANA: Hace un momento usted habló de su amistad con Rodríguez Cacha. ¿Cómo era él?
H.J.P.: Un tipo común y corriente.

SEMANA: ¿Pero en su filosofía era un tipo que se identificaba con ustedes en el odio al comunismo?
H.J.P.: No. Es que están equivocados. Nosotros no odiamos a los comunistas nosotros hemos sido más comunistas que los comunistas.
Cada vez que hacemos una reunión y hablamos del sistema comunista decimos que-nosotros en esta región somos más comunistas que la misma UP que todos los organismos de izquierda.

SEMANA: ¿Pero Rodriguez Gacha compartía la filosofía que ustedes tenían para entrentar a los subversivos?
H.J.P.: Mire el problema de Gacha no era que compartiera la filosofía nuestra. O sea él nunca llegó a identificarse totalmente con nosotros. El venía de otra extracción, con otra formación, más que todo de sus negocios. El hombre de pronto lo único que compartía era que tenía una guerra contra la guerrilla y nosotros también teníamos una guerra contra la guerrilla. El nos utilizaba a nosotros y nosotros lo utilizábamos a él.

SEMANA: ¿Cómo los utilizó Rodríguez Gacha?
H.J.P.: Nosotros teníamos los hombres y la mística, pero no teníamos la plata. El entrenamiento implicaba gastos, entonces él nos pudo ayudar en eso. Usted sabe que el que da espera recibir.

SEMANA: ¿No tuvieron reparos en esa alianza?
H.J.P.: Nosotros partíamos de un principio: para combatir al enemigo nos uniríamos hasta con el diablo. Esa era una frase del general Yanine que a cada rato nos repetía.

SEMANA: ¿Pero ustedes sabían que él estaba en una guerra contra del Gobierno?
H.J.P.: No en ese momento no.
La guerra de Gacha contra el Gobierno es posterior. Hasta ese momento los nexos entre ambos eran muy buenos. En el momento en que se dañan y se produce el enfrentamiento nosotros nos aislamos del conflicto.

SEMANA: Cómo era originalmente la relación Rodríguez Gacha- militare?
H.J.P.: Muy buena, por lo menos con un sector de ellos. Dése cuenta que Gacha una vez me mandó decir "necesito que llegue a Pacho porque hay una entrevista con un alto militar". Yo me desplacé a Pacho y un alto militar estaba allá para darle unas orientaciones sobre cómo es que debía manejar sus hombres armados de manos de él.

SEMANA: Qué diferencia hay entre paramilitares y autodefensas?
H.J.P.: Hay muchas diferencias. Orientación, ideología, todo eso. Pero más que todo yo diría que el término paramilitar es mal aplicado, se le aplica indistintamente a las bandas, a las organizaciones particulares de seguridad, cuyos practicantes han incrementado en este país; se les aplica hasta a los faraones de Cali, y encima de eso nos la aplican a nosotros. Entonces no hay una definición muy exacta de qué es paramilitar. Yo sé muy bien qué es una autodefensa, pero no sé muy bien qué es un paramilitar.

SEMANA: ¿Y qué es una autodefensa?
H.J.P.: Una autodefensa es una persona que está enmarcada dentro de una organización de tipo político y militar, que busca defender los intereses de una comunidad, frente a cualquier tipo de agresión.

SEMANA: ¿Cuál es el origen de las autodefensas?
H.J.P.: Las autodefensas nacen a raíz de un conflicto que se presenta con los grupos guerrilleros en el Magdalena medio y a una necesidad de defendernos.

SEMANA: En ese momento qué grupo subversivos estaban en la región?
H.J.P.: Aquí se creó el IV frente de las Farc, de éste se desdobla el XIX, XI, XXII y XXII y XXIII. O sea que el IV frente era la madre de las FARC en esta zona. Estaba comandado por Martín Villa, fue el hombre que trajo la semilla de las FARC a esta región. Y Martín Villa hoy hace parte del Estado Mayor de las FARC.

SEMANA: ¿Cómo eran esos tiempos cuando las FARC tenían el mando en el Magdalena medio?
H.J.P.: La región fue un semillero de las FARC. Es una verdad que no se puede desconocer. Además muchas de las personas que viven en esta región tuvieron que ver de alguna manera con la organización política o militar de la guerrilla. Mientras la guerrilla tuvo un comportamiento aceptable en la región, la gente no estuvo en su contra. Hacia 1979 llegan dos comandantes de las FARC que inician una política de agresión. Asesinatos, ajusticiamientos, torturas a los campesinos, comienzan a secuestrar a todo el mundo.

SEMANA: Antes de eso el campesino era simpatizante de la guerrilla?
H.J.P.: La guerrilla le había prometido al campesino otras cosas.
Le había prometido un mejor modo de vida cuando la revolución triunfara. Pero de un momento a otro, el campesino se encuentra que esa revolución no es justa. Es una revolución que están llevando en contra de la misma gente. Entonces todo el mundo dice ya nos quitaron nuestra tierras, ya nos quitaron nuestros ganados, nuestro dinero, ahora nos quieren quitar nuestros hijos. Fue ahí cuando nos decidimos a que nos vamos a hacer matar. Ahí, arranca la autodefensa.

SEMANA: ¿Usted vivió en carne propia esa violencia de los grupos subversivos?
H.J.P.: Toda la vida hemos vivido en esta región. Mi papá, él llegó a ser enfermero de vereda. A él lo utilizaban las Farc como enfermero de la zona, tenía que mantenerse de un lado a otro, viendo quién estaba enfermo, herido. Era un sacrifico muy grande porque al cualquier hora de la noche llegaban a llamarlo para ir a atender a un guerrillero enfermo.

SEMANA: ¿Cómo comienza la organización y el acercamiento al Ejército?
H.J.P.: El Ejército se da cuenta de que hay un problema creado. Y que la gente está cansada y a punto de explotar por la situación con la guerrilla. Y utilizan esa situación social de la región para darle un vuelco militar a la situación. La gente llega a organizar redes de inteligencia con los ganaderos y campesinos.

SEMANA: ¿Pero quién crea la autodefensa, ustedes o el Ejército?
H.J.P.: En 1965 dictó una ley por la cual se pueden crear las organizaciones de las autodefensas y está reglamentado desde 1979. Nosotros vemos que estábamos en mora de crear las autodefensas. Entonces como los guías son informantes se los reúnen y se les comienza a dar instrucción militar para organizar lo que se conoce como las juntas de autodefensa veredal, zonal, de municipio, de región. Había los mecanimos legales para su creación.
Se crea el servicio militar campesino de tal manera que los campesinos de la zona permanecían en sus fincas de lunes a viernes trabajando y los sábados y domingos se concentraban en las unidades militares donde recibían cursos de inteligencia, contrainteligencia.
Cuando el campesino terminaba su curso de un año recibía su tarjeta militar de primera clase y además ya era un autodefensa.

SEMANA: ¿Ustedes entonces son hijos del Ejército?
H.J.P.: Hijos del Estado. El Ejército no es el que saca los decretos. Es el Estado. Y el Ejército es el que los hace cumplir.

SEMANA: ¿Pero el Ejército los forma?
H.J.P.: El Ejército nos forma. Es que si el Gobierno saca un decreto debe hacerlo cumplir a quien le corresponda. En ese momento es a las Fuerzas Militares a quienes les corresponde hacer cumplir ese decreto. Crear las juntas de autodefensa.

SEMANA: ¿En ese comienzo fue mucha le gente que participó?
H.J.P.: Al principio el uno le tenía miedo al otro. Los primeros que comenzamos a darle información al Ejército y los que comenzamos a hacer los primeros patrullajes éramos muy poquitos. Había desconfianza porque muchos estaban muy bien adiestrados por la guerrillas.

SEMANA: ¿En qué momento ustedes comienzan a ganarle terreno a la subversión?
H.J.P.: Eso fue un proceso largo, no fue de días. Fue un proceso de años. La guerra comenzó a ganarse desde el momento en que se cambió de mentalidad. Cuando la gente perdió el miedo y se acabó el mito que había sobre las guerrillas, entendió que eran tan humanos como nosotros.
Que morían de igual manera como nos mataban, que en un combate la bala les entraba igual que como a nosotros.

SEMANA: ¿De dónde salieron las armas?
H.J.P.: Armas que tenían los campesinos, armas que nos brindó el Ejército, armas que nos vendieron porque ya con los primeros enfrentamientos con la guerrilla después de los patrullajes devolvíamos las armas al Ejército y quedamos desarmados y expuestos. Entonces tocó pensar en conseguir armas independientemente de las que el Ejército nos suministraba. Las conseguimos en el mercado negro porque nosotros siempre hemos partido de que si de pronto hay armas cerca de la región nuestra que alguien está vendiéndolas qué mejor que nosotros las compremos porque si dejamos que esas armas se vayan donde el enemigo nos van a venir en contra.

SEMANA: ¿La plata para comprar las armas de dónde salió?
H.J.P.: Con los aportes que hizo la gente de la región.

SEMANA: Pero usted habla todo el tiempo como si fuera un redentor. Sin embargo, en esta guerra contra la subversión a ustedes se les acusa de ser los exterminadores de los miembros de la UP ¿Es cierto?
H.J.P.: Yo le hago una pregunta. ¿Usted cree que nosotros tenemos la capacidad militar y la decisión política para poder al mismo tiempo, en todo el país y con igual intensidad llevar a cabo una acción de esas en contra de gente de un partido político? Nosotros no peleamos contra partidos políticos, la guerra que nosotros hemos llevado es contra grupos armados. Y tanto así es, que nosotros respetamos cualquier actividad política venga de donde viniere. La guerra militar que nosotros llevamos es contra los grupos armados y no contra grupos políticos.

SEMANA: Pero a ustedes las autoridades los sindican de ser los autores de los crímenes de Carlos Pizarro y Bernardo Jaramillo.
H.J. P.: Nosotros no hemos tenido nada que ver. Pero sabemos quiénes fueron. Los interesados y el Estado también lo saben.

SEMANA: ¿Nos puede dar una pista?
H.J.P.: Ahora no. Tal vez más tarde. Piense, al fin y al cabo, que es la primera vez que doy una entrevista en la vida.

Publicado en SEMANA, Fecha: 16/04/1991 - Edición 467

viernes, 24 de agosto de 2012

FINAL DEL CARTEL DE CALI, CAMBIOS DE PODER


El fin del Cartel de Cali fue el inicio de otras redes de narcos
 La captura de Gilberto Rodríguez se presentó en junio de 1995, también en Cali. Nueve años después fue extraditado. Archivo I El País
La condena a 30 años de cárcel a los hermanos Miguel y Gilberto Rodríguez fue la estocada final que acabó con la agrupación, que en la década de los 90 fue acusada de enviar el 80% de la coca que llegaba a Norteamérica. Los narcos del Norte del Valle asumieron su poder.
El Cartel de Cali murió. La estocada final que lo aniquiló fue la condena a 30 años de cárcel de sus máximos líderes y fundadores: Gilberto y Miguel Rodríguez Orejuela.
Los hermanos Rodríguez escribieron en las últimas tres décadas la historia de uno de los carteles de la droga más temidos, no sólo por su aparato armado sino por el poder económico y político que tuvieron.
Con la condena de los Rodríguez ¿qué quedó de esta agrupación? Es una respuesta que tiene diferentes lecturas.
Las autoridades estadounidenses y colombianas aseguran con vehemencia que el Cartel de Cali quedó exterminado. Sus máximos líderes están muertos, tras las rejas o negociaron con el Gobierno norteamericano. Sólo uno de ellos, Juan Carlos Ramírez, sigue siendo un capo de la droga. (ver recuadro y nota anexa)
Las personas que ocupaban los segundos y terceros lugares se dividieron en pequeños grupos, se asociaron con otros narcos o fueron asesinadas.
¿Cómo era?. Gilberto Rodríguez, máxima cabeza del Cartel de Cali, manejó esta agrupación como una empresa. Ese hecho dificultó a las autoridades su persecución.
Eran cuatro los máximos líderes: los hermanos Rodríguez Orejuela, José Santacruz y 'Pacho' Herrera. Pero debajo de ellos estaba toda la estructura del cultivo, procesamiento y tráfico de coca. Cada uno de estos frentes eran tratados como empresas independientes, pero que dependían de los jefes para su coordinación.
Sumado a esto estaban los pequeños carteles que sobrevivían amparados en los Rodríguez. Debían acoger las órdenes de ellos y por cada embarque 'coronado' pagarles un porcentaje, ya que eran los capos, los dueños de las rutas.
Eran empresas tipo 'Holding', cada una de ellas especialista en su rama. Pero la jerarquía de los Rodríguez era respetada por todos los miembros de la organización.

“Los Rodríguez eran una especie de padrinos, daban el aval, ya que tenían las rutas y los contactos con México y Estados Unidos”, aseguró un oficial que trabajó en el Bloque de Búsqueda de la Policía.
Entre 1995 y 1996 los principales capos de este grupo se entregaron. Años después dos de ellos, José Santacruz y 'Pacho Herrera', murieron.
En ese momento, el lugar que ocupaba el Cartel de Cali en el mundo del tráfico de las drogas fue asumido por el Cartel del Norte del Valle.
El Gobierno de Estados Unidos aseguró que en 1995 el Cartel de Cali originaba el 80% de la cocaína enviada a ese país. Años después esa cifra correspondía al mercado ilegal que dependía de los del Norte del Valle.
“Pasaron de ser los segundones, que en algunas ocasiones hacían trabajos para los de Cali, a ser los nuevos capos”, precisó una fuente de inteligencia.
En ese momento muchos de los antiguos mandos medios y bajos crearon alianzas con narcos como Orlando Henao Montoya e Iván Urdinola. Aunque éstos murieron en prisión, su imperio fue heredado por Wílber Varela, alias 'Jabón', y Diego Montoya, alias 'Don Diego'.
Muchos de los lugartenientes del Cartel de Cali pasaron a engrosar las filas de este nuevo grupo. Nombres como los de Carlos José Robayo, aías 'Guacamayo', e incluso el del mismo Víctor Patiño Fomeque, alias 'El Químico', integraron esa lista.
Patiño se convirtió en el transportista de Varela, lo que generó que el hermano de 'Pacho' Herrera atentara contra 'El Químico', en la cárcel de Villahermosa, en Cali.
Pero el poder del Cartel de Cali también fue menguado por las capturas de otros de sus integrantes y la muerte de algunas de las personas que trabajaron para los Rodríguez.
Fue el caso del capitán (r) del Ejército Jorge Eduardo Rojas Cruz, alias 'K6', uno de los hombres del brazo armado de la agrupación y encargado de sacar la droga por Bahía Solano. 'K6' desapareció en 1995 y se presume que fue asesinado.
Otros miembros del Cartel de Cali, como Julián Murcillo, Phanor Arizabaleta y Geovanny Caicedo pagaron su condena o negociaron con Estados Unidos y salieron libres.
Fuentes de los organismos de inteligencia reconocen que otros de los integrantes de esta agrupación evadieron la justicia y todavía no tienen orden de captura, aunque empezaron a enviar droga de forma independiente o trabajan para Montoya y Varela.

Los que quedaron. En diciembre del 2003, Estados Unidos solicitó en extradición a Miguel y Gilberto Rodríguez Orejuela. A la lista se sumaban otras nueve personas, entre ellas William Rodríguez.
Los presuntos socios de los Rodríguez eran Luis Eduardo Cuartas Soriano, Guillermo Restrepo Lara, Heriberto Patiño Ríos, Luis Ocampo Fómeque, Germán Navarro, Daniel Serrano, Harold Vélez y Luis Evelio Restrepo.
Aunque de esta lista, sólo Ocampo (medio hermano de Víctor Patiño) y Heriberto Patiño son considerados por los organismos judiciales colombianos piezas claves del negocio de la droga, los otros solicitados debían afrontar cargos por ayudar a los Rodríguez a lavar su dinero y evadir a las autoridades.
Aún la mitad de ellos están prófugos, los otros fueron extraditados a Estados Unidos, donde están sus antiguos jefes.
Tras años de persecución, el Cartel de Cali ha llegado a su fin. Pero no el negocio ilegal que impulsó, porque al morir, otras organizaciones se fortalecieron.
Tres datos claves
El último de los narcos del Cartel de Cali en ser detenido fue Joaquín Mario Valencia, 'El Caballista', quien fue arrestado en febrero del 2003 y extraditado un año después.
En una Corte de Tampa lo procesan por narcotráfico y lavado de activos. A las autoridades les costó muchos años comprobar sus vínculos con estos delitos.
El testimonio de Pedro Navarrete es la prueba reina que tiene la Fiscalía contra Valencia, a quien consideran como uno de los mayores transportistas de droga.
La ‘cúpula’ del Cartel de Cali
Gilberto Rodríguez Orejuela. Es apodado como 'El Ajedrecista', debido a la forma estratégica con la que manejó por años el Cartel de Cali. En 1995 fue detenido y luego de nueve años fue extraditado. El 3 de diciembre del 2004 fue llevado a Miami.
Miguel Rodríguez Orejuela. Fue el segundo hombre del cartel. Las autoridades aseguran que su hijo William Rodríguez heredó todo su poder en el mundo del narcotráfico. Estados Unidos también lo solicitó en extradición.
José Santacruz Londoño. Era considerado el hombre más temido en el Cartel de Cali. Fue el jefe del ala más violenta de esta agrupación. Según fuentes de inteligencia, este hombre era el tercero en jerarquía después de los Rodríguez. Se entregó a las autoridades y luego se fugó. Fue dado de baja en 1996 en un enfrentamiento con la Policía.

Elmer 'Pacho' Herrera. El 2 de septiembre de 1996 se entregó a las autoridades en una iglesia de Yumbo, pero dos años después fue asesinado en la cárcel de Palmira, por orden de Orlando Henao, lo que desató una guerra entre los dos clanes. Controlaba las bandas sicariales del Cartel de Cali y creó un emporio de construcción.
Víctor Patiño Fomeque. Conocido como 'El Químico', se convirtió en el principal transportista de droga. Su poder se centraba en Buenaventura, por donde sacaba la coca. Primero trabajó con el Cartel de Cali y luego se pasó al del Norte del Valle. Se entregó en 1995 y en el 2002 salió libre. Pero tiempo después fue recapturado y extraditado a Estados Unidos, donde negoció con la justicia.
Phanor Arizabaleta Arzayús. Se entregó a las autoridades en julio de 1995 y fue condenado a 28 años de cárcel por secuestro. En dos oportunidades le dieron la casa por cárcel, pero violó ese beneficio. Sin embargo, debido a una enfermedad del corazón fue llevado a una clínica. El 4 de mayo de 2004 un juez de Ejecución de Penas le suspendió la condena por enfermedad.
Henry Loaiza. 'El Alacrán' se entregó a las autoridades en junio de 1995 y fue condenado a trece años de prisión por narcotráfico.
El año pasado estuvo a punto de salir libre, pero la Fiscalía le impuso medida de aseguramiento por la masacre de más de cien campesinos en Trujillo, Valle

TOMADO DEL PERIODICO EL PAIS DE CALI

ASESINATO RODRIGO LARA BONILLA


EL ASESINATO DE RODRIGO LARA BONILLA
Informe conjunto de los medios de comunicación sobre el estado de la investigación del asesinato del ministro de Justicia
Lunes 7 Septiembre 1987
Son muchos los colombianos que hoy, tres años después del asesinato del ministro de Justicia, Rodrigo Lara Bonilla, creen que este crimen permanece no sólo en la impunidad, sino también en el misterio. Sin embargo, ninguna de estas dos impresiones es totalmente cierta. Desde cuando el 30 de abril de 1984 en la noche, a pocas cuadras del lugar del asesinato, las autoridades capturaron al conductor de la moto desde donde se había ametrallado al ministro, una madeja con muchas puntas y muchos nudos comenzó a ser desenredada por los investigadores del DAS, el F-2 y la Procuraduría.

La detención de Byron Velásquez Arenas, un antioqueño de 18 años que nunca llegó a terminar segundo de bachillerato, permitió comenzar a tirar del hilo de la madeja. En efecto, el jueves 3 de mayo, menos de 72 horas después del asesinato, Velásquez fue interrogado en la cama número 251 de la Clínica de la Policía, a donde había sido trasladado en la noche del 30 para que se repusiera de sus heridas.
El interrogatorio permitió conocer lugares, fechas y algunos nombres falsos de las personas que habían estado detrás de Guizado y Velásquez en la planificación y preparación del magnicidio.

LOS RELATOS DE VELASQUEZ
Velásquez relató a quienes lo interrogaron que había venido de Medellín a Bogotá en dos oportunidades en los días previos a la muerte de Lara. El objetivo para el cual habían sido contratados en Medellín, por dos millones de pesos con un adelanto de $20 mil, era el de asesinar a un señor de un Mercedes blanco que se había robado, según les dijeron, 4 kilos de coca. El primer viaje había sido el 25 de abril. En la tarde de ese día, Guizado y Velásquez se dirigieron en la moto hasta el Ministerio de Justicia, pero como no vieron el Mercedes blanco concluyeron que el hombre se había ido y aplazaron la ejecución del asesinato.
Según dijo Velásquez en el interrogatorio, ese día "a eso de las horas de la tarde, sacaron el carro y me entregaron a mí un chaleco y al compañero mío le entregaron otro chaleco y una ametralladora y dos granadas que las tenían en el carro, entonces el compañero que andaba conmigo en la moto me las echó en el bolsillo derecho del chaleco que para que le quedara más fácil sacarlas a él, entonces como yo no conocía a Bogotá, no conozco las calles ni avenidas, no conozco pues nada aquí en Bogotá, él me explicaba por donde voltiaba, hasta que pasamos por una oficina que es como un segundo piso y tiene un garaje y una puerta es una reja y se ve todo al fondo, que cuando pasamos él dijo que no estaba el Mercedes, ahí entonces nos devolvimos".
El segundo viaje fue el domingo 29, víspera del asesinato. Sobre lo sucedido el lunes, Velásquez dijo a quienes lo interrogaron: "...cuando nos entregaron todas las cosas le dijeron a Carlos Mario (Guizado) que hablaban en Medellín ya, entonces Carlos Mario me dijo que fuéramos para la oficina donde el señor del Mercedes blanco y fuimos, pasamos por ahí y no estaba el Mercedes blanco, entonces eran como las siete y diez y siete y cuarto cuando pasamos por ahí y vimos que no estaba el Mercedes y entonces dijo que tampoco estaba el señor ahí, que ya había salido, entonces ahí mismo que fuéramos por la casa de él y él empezó a explicarme por donde voltiaba, entonces cuando ibamos como por debajo de un puentecito salió un rompocito, una glorieta ahí, entonces cuando asomamos él vio que el Mercedes iba por ahí adelante y me dijo que lo alcanzara por ahí adelante, cuando lo fuimos a alcanzar vi que iba atrás una camioneta como grisecita o cafecita, entonces ahí mismo me dijo que lo arrimara al pie del Mercedes blanco y apenas lo arrimé empezó a disparar por el vidrio de atrás...".

LOS HOTELES DE LA 19
Pero estos relatos no fueron lo más revelador del testimonio de Velásquez. El interrogado dijo a las autoridades ese 3 de mayo, que un hombre que se hacía llamar John Jairo Franco, que se había alojado en un hotel de la avenida 19 había estado en permanente contacto con él y con Guizado. Estas y otras revelaciones hechas por Velásquez condujeron a los investigadores a varios hoteles, restaurantes y almacenes de la avenida 19. También a un parqueadero a donde Franco les había entregado a los sicarios los chalecos antibalas, una ametralladora y dos granadas, armas que se encontraban guardadas en un Renault 12 verde.
Aparte del de Franco apareció otro nombre, a todas luces falso, el de Juan Pérez, quien también se había registrado en un hotel de la 19, y había comido en varias oportunidades en la Fonda Antioqueña, con otros miembros del grupo que fueron conociéndose a medida que avanzaba la investigación. Los testimonios de los empleados de los hoteles de la 19 y de la Fonda permitieron establecer otra identidad, la de un hombre que hablaba susurrando y que desde entonces se conoció como "El Ronco".
Gracias a algunas fotos de archivo de las autoridades y a un retrato hablado efectuado con base en el testimonio de los empleados del hotel y de la Fonda, los investigadores lograron identificar a Franco como John Jairo Arias Tascón, un peligroso expresidiario de Medellín.
Arias Tascón era el primer hombre plenamente identificado que aparecía vinculado a la organización que respaldó a Velásquez y Guizado. Pero la madeja se siguió desenredando, y aparte del nombre de Juan Pérez las autoridades descubrieron otro, también presumiblemente falso: Luis Javier Rodríguez.
Los investigadores decidieron jalar la pita por el lado del misterioso Pérez, quien había estado registrado en los hoteles Nueva Granada y Bacatá, y había hecho varias llamadas a Medellín al teléfono de la señora María Morelia Vásquez. Los investigadores establecieron con ella que en esos días había recibido varias llamadas de Bogotá de su hijo, Rubén Dario Londoño, quien tenía un juicio pendiente en Itaguí, su firma se obtuvo en el juzgado y se comparó con la de Pérez. Los grafólogos no dudaron de que se trataba de la misma persona. Un retrato hablado corroboró lo anterior, y se pudo así identificar plenamente a un segundo miembro de la organización que había planeado el asesinato.
Los investigadores lograron también la identificación de Luis Javier Rodríquez, quien había dejado sus huellas digitales en el almacén donde el grupo había comprado dos motos, entre ellas la que sirvió a Velásquez y Guizado. Estas huellas permitieron establecer que Rodríguez era en realidad Luis Javier Ruiz. Finalmente, "El Ronco", delatado por su voz y porque fue visto en el parqueadero La Concordia de la avenida 19 en compañía de Velásquez, fue identificado como Germán Alfonso Díaz, un peligroso delincuente cuya misión era la de atentar contra el ministro Lara si fallaban Velásquez y Guizado.
De los testimonios recogidos en el hotel, donde se hospedaba Ruiz se pudo establecer la existencia de otro personaje, cuyos rasgos físicos fueron confirmados por testimonios de los empleados de la Fonda Antioqueña. Se trata de "El Negro", quien decía llamarse Jairo Velásquez y resultó ser Julio César Vargas. Hizo varias llamadas a Pereira y a Giovanni Amézquita y Oscar de Jesús Rico, quienes por primera vez aparecieron vinculados a la investigación. En otro hotel de la 19 llamadas telefónicas y testimonios de los empleados permitieron relacionar a Guizado con Raúl Castaño, así como incluir en la lista de miembros de la organización a Oscar Villa y Otoniel Alvarez, quienes se habían alojado en los hoteles Nueva Granada y Cristal.
Todos ellos conformaban, según las autoridades, un grupo de alta peligrosidad vinculado a Pereira y a Medellín. La relación con gente de Medellín había sido establecida desde el principio de la investigación, con las primeras declaraciones de Velásquez. Pero la de la gente de Pereira no era tan clara. ¿Por qué el grupo que planeó el crimen había contactado personas de la capital risaraldense? La respuesta comenzó a encontrarse en algunos testimonios de allegados al ministro, que recordaron que él se preparaba para viajar el 1° de mayo a Pereira. En efecto el ministro Lara había cancelado el viaje antes de ser asesinado. Había sido advertido por un alto mando de la existencia de un complot para asesinarlo, que bien podía llevarse a cabo en Pereira.

¿DE DONDE VENIA LA ORDEN?
Pero el hecho de que existiera no uno, sino varios planes para matar al ministro planteaba nuevas preguntas: ¿De dónde podía venir una orden tan perentoria? ¿Cuál era la cabeza?
Una de las llamadas efectuadas desde Bogotá por los cómplices de Guizado y Velásquez condujo a los sabuesos al municipio de La Estrella, al suroccidente de Medellín y considerado como uno de los fortines políticos del Movimiento de Renovación Liberal Independiente del parlamentario Pablo Escobar. Uno de los teléfonos rastreados resultó ser el de la casa de Luis A. Cataño, alias "El Chopo", quien había sido el comprador del R-12 verde en que se guardaron las armas del asesinato. Cataño fue el primero de los integrantes del grupo de Medellín en llegar a Bogotá. Sus familiares declararon a los investigadores que Cataño era guardaespaldas de Pablo Escobar y cuidandero de su hijo.
Otro teléfono marcado por los cómplices del crimen desde Bogotá condujo a una dirección en Medellín donde los investigadores pudieron establecer la relación del grupo que planeó el asesinato con Juan Fernando Maya, quien fue aspirante al Concejo de Envigado en 1984, como suplente de Alba Marina Escobar Gaviria, hermana de Pablo Escobar, en listas del Movimiento de Renovación Liberal Independiente.
Otro teléfono más, de los que fueron marcados por los cómplices del crimen, figura a nombre de María Victoria Escobar de Henao, hermana de Pablo Escobar.
Entre tanto, los investigadores siguieron adelante con su trabajo, y sondearon más a fondo las pistas del municipio de La Estrella, en donde pudieron establecer, que Rubén Darío Londoño, aquel que se hacia llamar Juan Pérez, figuraba en la lista de candidatos al Concejo de esa población por el Movimiento de Renovación Liberal, y había trabajado en ese grupo político de Pablo Escobar.
Desde el principio de la investigación se descubrió que uno de los documentos de Byron Velásquez había un número telefónico anotado. Esta pista se siguió durante varias semanas y condujo a Wilmar de Jesús Henao, enlace de Londoño y Byron. Estos y otros avances en las averiguaciones permitieron establecer que Byron Velásquez había trabajado en varias ocasiones para Pablo Escobar.
Todo lo anterior sirvió de base al juez Tulio Manuel Castro Gil y al procurador delegado penal, Alvaro López, para sustentar el llamamiento a juicio a Pablo Escobar y a otros implicados. Castro Gil fue asesinado a mediados de 1984, López, varias veces amenazado de muerte, debió abandonar el país. Meses después de esto el Tribunal Superior sobreseyó temporalmente a Escobar y a los implicados más cercanamente relacionados con él. En el juicio que se está llevando a cabo estarán como reos presentes Byron Velásquez y Germán Díaz "El Ronco". Como reos ausenten serán juzgados Rubén Darío Londoño, John Jairo Arias y Luis A. Cataño.
Como puede verse, es posible que el asesinato del ministro de Justicia, Rodrigo Lara Bonilla, quede, al menos parcialmente, en la impunidad. Pero lo que ya no se podrá decir es que quedó en el misterio.

LA "LEY DEL SILENCIO"
Desde la noche del 30 de abril de 1984 los colombianos esperan tener la respuesta a uno de los mayores interrogantes en la historia del país: ¿Quién ordenó el asesinato de Rodrigo Lara Bonilla? Junto con la respuesta a este interrogante también se espera que la investigación condene a alguien más que a un pistolero a sueldo. Pero tratándose de un caso en el que se mueven intereses y personas tan oscuras, el proceso ha tropezado con varias dificultades. Entre esas dificultades se cuentan las amenazas a los investigadores y el asesinato de estos y de quienes pudieran ser testigos claves, cuyas declaraciones llevarían al esclarecimiento del crimen.
A continuación, la lista de los muertos relacionadas con la investigación del caso Lara Bonilla:

-Tulio Manuel Castro Gil. Juez encargado de la investigación del caso Lara Bonilla. Fue asesinado en la noche del 23 de julio del 84 en la Caracas con 47 cuando se dirigía en un taxi a su residencia, después de dictar su cátedra de derecho en la Universidad Santo Tomás. A pesar de las repetidas amenazas, se le había retirado la escolta. Dentro de la investigación que adelantaba en el caso Lara resultaron involucrados varios capos del narcotráfico, pero pocos días antes de su muerte Castro Gil levantó las órdenes de captura que pesaban sobre varios de ellos. Por su despacho pasaron varios casos de difícil manejo, entre los que se destacan el del llamado "Crimen del quinto piso", que se caracterizó por una serie de extrañas muertes, en especial la del parlamentario José Antonio Vargas Ríos, quien a su vez investigaba el robo de los 13.5 millones de dólares. El otro caso estaba relacionado con el asesinato del jefe de bodegas de la Aduana de Eldorado, por el cual llamó a juicio a los hermanos Hernández Pacheco.

-Coronel Jaime Ramírez Gómez. Habiendo sido la mano derecha del ministro Lara Bonilla, el coronel Ramírez conocía no sólo las amenazas que se cernían sobre él, sino el nombre de sus autores. Una vez sobreseído temporalmente el narcotraficante Pablo Escobar Gaviria, en la etapa de reapertura de la investigación, el testimonio que debía rendir Ramírez Gomez para explicar los hechos que se le imputaban a aquel, eran virtualmente base de acusación. Ignoraba que desde enero de 1986 se fraguaba un plan para asesinarlo, que se consumó el 17 de agosto del mismo año.

-Rubén Dario Londoño Vásquez.
Acusado de ser coautor del crimen de Lara Bonilla, estaba prófugo de la justicia desde el día del asesinato del ministro. Fue muerto el 18 de julio del 86 en Envigado, cuando descendía de un campero, sin que se conozca aún la identidad de los asesinos. Contaba con 30 años de edad y en el 84 salió elegido concejal principal para el periodo 84-86 por el Directorio Liberal Independiente, fundado por Pablo Escobar Gaviria.

-Dora Emperatriz Torres Sánchez.
Cayo asesinada en Medellín el 3 de agosto de 1984. Era la amante de Iván Guizado Alvarez, asesino del ministro Lara Bonilla, quien fue dado de baja cuando intentaba huir del lugar del crimen. La muerte de Dora Emperatriz sucedió en el preciso instante en que el juez 77 de Instrucción Criminal, Luis Antonio Lizarazo, llegaba a Medellín para interrogarla. El juez Lizarazo fue designado por Castro Gil para que adelantara varias diligencias relacionadas con el caso Lara.

LLAMADOS A JUICIO Y SOBRESEIDOS
Pablo Escobar Gaviria fue llamado a juicio por el entonces juez primero superior, Tulio Manuel Castro Gil, como autor intelectual del crimen del ministro de Justicia, Rodrigo Lara Bonilla, con base en los siguientes indicios que constituyen el presunto móvil del asesinato:
-El haberse opuesto a la campaña moralizadora de Lara Bonilla contra los llamados "dineros calientes".
-La reavivación de todos los expedientes adelantados contra el ex parlamentario.
-Por estar probada la cantidad de gente colocada a su disposición para ejecutar el plan tomando como punto de referencia lo afirmado por la entonces viceministra de justicia, Nazly Lozano, de que supuestamente el crimen se fraguó en la casa de Escobar Gaviria.
-Se sumaron a esto las relaciones existentes entre Luis Alberto Cataño Molina (alias "El Chopo"), Dagoberto Ruiz Moreno y Rubén Darío Londoño Vásquez (alias "La Yuca"), vinculados a la investigación por el crimen del ministro.
El primero resultó ser guardaespaldas de Escobar y los otros ligados a su movimiento político.
-Igualmente, las grandes sumas de dinero gastadas en Bogotá por el sindicado Rubén Darío Londoño Vásquez y las derrochadas por Byron Alberto Velásquez o Iván Darío Guizado Alvarez, los sujetos de la motocicleta empleada para el crimen, amén de las llamadas telefónicas hechas por la banda a la casa de Escobar Gaviria en Medellín.
-Venganza por el golpe dado por el grupo antinarcóticos de la Policía a Tranquilandia (complejo productor de cocaína), el 10 de marzo de 1984, cuyo principal propietario era Pablo Escobar.
-La desbandada de los principales "capos" de la mafia la misma noche del crimen y la no presencia de Escobar Gaviria a rendir indagatoria, no obstante gozar del fuero parlamentario. Toda esta pluralidad de indicios llevaron a Castro Gil a llamar a juicio a Escobar Gaviria como uno de los autores intelectuales de la muerte de Lara Bonilla.

LO QUE DIJO EL TRIBUNAL
El Tribunal, al resolver la apelación contra la providencia del juez Castro Gil, revocó el llamamiento a juicio de Escobar Gaviria y lo benefició con un sobreseimiento temporal. Para esto tuvo en cuenta los siguiente:
-Se carece de elementos de juicio serios para arribar a la conclusión de que el mandato delictivo para acabar con la vida de Lara Bonilla provino del procesado Pablo Escobar Gaviria.
-"Si se analizan desprevenidamente los términos contenidos en las exposiciones del coronel Jaime Ramírez gestor del golpe a Tranquilandia, del jefe del Crupo Antinarcóticos, coronel Gilibert Vargas, y de la viceministra Nazly Lozano, se llega a la deducción de que no solamente señalan a Pablo Escobar como el posible autor del plan para eliminar al ministro, sino que lo hacen extensivo al Clan Ochoa, a Gonzalo Rodríguez Gacha, a Carlos Lehder y a Pascual Gil Vargas, a sí como a Evaristo Porras".
-"Con base en estas afirmaciones, por demás equívocas e imprecisas, dice el Tribunal que no resulta ni lógico, ni jurídico concluir que Escobar Gaviria detente la calidad de sujeto determinador en el sacrificio del ministro de Justicia, porque dentro de la misma lógica el grupo de personas atrás relacionadas ostentarían la misma condición para reputarlos determinadores de este magnicidio".
-La Corporación señala que la inconsistencia del cargo es de tal dimensión que hasta el mismo juez del conocimiento incurre en dubitaciones al analizar la prueba.
-Sobre las llamadas de los presuntos sicarios a la casa de Escobar Gaviria sostiene el Tribunal que este aserto aparece destituido del respaldo probatorio, pues no se allegaron al diligenciamiento criminal las grabaciones de las conversaciones, desconociéndose así cuál fue su contenido.
-Estima la sala que con "base a especulaciones y lucubraciones por inteligentes que estas sean, no es dable enjuiciar a una persona, ya que para llegar a esta meta es menester que obren debidamente en el proceso las pruebas a que hace alusión".
-En relación con la participación de Londoño Vásquez y Cataño Molina en el movimiento político de Escobar Gaviria, dice que esta deducción sólo tiene asentamiento en la mente del juzgador y no en el haz probatorio. El Tribunal dice que emergen tremendas lagunas investigativas imputables a la deleznabilidad y ausencia de elementos de juicios serios e imparciales.

SITUACION DE LOS OCHOA
Fabio Ochoa Restrepo fue vinculado al proceso a raíz de las acusaciones del coronel Jaime Ramírez y otras versiones que hacen presumir que el Clan Ochoa intervino en el crimen de Lara Bonilla. El juez, en providencia de agosto 31 de 1984, no halló merito suficiente para dictar auto de detención contra Ochoa Restrepo.
Su incriminación se hizo con base a que éste tiene vinculación personal con la finca Tranquilandia, habiéndose afirmado en el decurso de la investigación que desde esta área se hacían vuelos transportando cocaína a la finca Repelón (Atlántico) de propiedad de Ochoa Restrepo, cargo que el juez consideró sin ninguna importancia jurídica en relación con la muerte de Lara Bonilla.
De la misma manera se implicó a los hermanos Jorge Luis, Juan David y Fabio Ochoa Vásquez, hijos de Ochoa Restrepo, a quienes se les conoce como traficantes de estupefacientes. Fueron varios los testimonios en los que el juez cifró sus presunciones de que podrían estar comprometidos en el asesinato del ministro.
El Tribunal anotó que ninguna evidencia procesal, fuera de la anterior sindicación, emerge del proceso siquiera como leve indicio de que el Clán Ochoa hubiese contribuido en forma alguna en el asesinato de Lara Bonilla y que las incriminaciones que dimanan de los testimonios de los coroneles Ramírez y Gilibert Vargas , Sofia Lara Bonilla y Aristóbulo Alvarez Hernández, carecen de suficiente fuerza probatoria para residenciarlos en juicio criminal como coautores. Por esta razón los sobresee definitivamente y revoca el sobreseimiento temporal que les dio el juez Castro Gil.

ALIAS" PININA" John Jairo Arias Tascón


Golpe al sicariato
Nación A los 29 años, "Pinina", el jefe de sicarios de Medellín, probablemente era el hombre que más asesinatos había ordenado.
Eran las 10:07 de la mañana del pasado jueves. A esa hora, los colombianos estaban pegados a los televisores y a los radios siguiendo cada una de las jugadas de la selección de fútbol que en ese momento enfrentaba al equipo de Yugoslavia en el campeonato mundial de Italia. Todo era alegría, ilusión. Pero una vez más el fantasma de la guerra y la muerte recorrió las calles de Medellín. Un carro-bomba con 80 kilos de dinamita estalló en el barrio El Poblado, dejando cuatro muertos, 90 heridos y pérdidas materiales superiores a los mil millones de pesos.
El carro-bomba de El Poblado fue accionado en el momento en que una patrulla de la policía se disponía a inspeccionar una camioneta Chevrolet Luv.
Por el momento la versión más difundida en Medellín es la que señala que la bomba en el barrio El Poblado fue la respuesta del cartel de la droga en venganza por la muerte de John Jairo Arias Tascón, alias "Pinina", uno de los principales jefes de los grupos de sicarios al servicio del cartel, que doce horas antes del carro-bomba había sido dado de baja por el cuerpo Elite de la policía, también en el sector de El Poblado, cuando se encontraba en un apartamento en compañía de su esposa y de su hija de seis meses.
La muerte de "Pinina" ha sido el golpe más certero que han asestado las autoridades de policía a la estructura organizativa del cartel de la droga desde que se inició la lucha contra el narcotráfico. Inclusive el general Miguel Maza Márquez, señaló que la muerte de "Pinina" tiene tanta dimensión como si se hubiera capturado o dado de baja a Pablo Escobar.
El nombre de John Jairo Arias Tascón está vinculado con los asesinatos de Rodrigo Lara Bonilla, de Antonio Roldán Betancur, del coronel Franklin Quintero, del procurador Carlos Mauro Hoyos y del periodista Jorge Enrique Pulido. A ello se suma su participación intelectual en los atentados al edificio del DAS y al avión de Avianca, que dejaron cerca de doscientas víctimas inocentes.
De acuerdo con las investigaciones adelantadas por el DAS, "Pinina" tenía una larga amistad con Pablo Escobar. A su lado se había hecho un hombre rico por sus acciones al frente de los grupos de sicarios. Tanto que llegó a ser el quinto en la Jerarquía de la organización y, según las autoridades, el jefe de escoltas de Escobar.
Como en la mayoría de estos delincuentes, su niñez transcurrió en medio de la pobreza y la violencia de los barrios marginales de Medellín. Antes de los quince años ya conocía muchos de los secretos del oficio. Había sido raponero a los 12, pandillero a los 14 y a los 15 hizo sus primeros trabajos como sicario. Era, para entonces, uno de esos adolescentes que iba a recibir entrenamiento en las escuelas de sicarios organizadas por el cartel, en las afueras de Medellín. Su sangre fría, su instinto para matar y el arrojo demostrado en los entrenamientos contrastaban con su figura frágil y, más aún, con la voz chillona que le valió los apodos de "Pinina" y "Andrea" con los que sus compinches lo bautizaron, pues la encontraban parecida a la de la niña actriz argentina Andrea del Boca.
Muy rápidamente ascendió en la jerarquía del sicariato hasta llegar a ser considerado uno de los hombres más cercanos a Pablo Escobar. Una de las cosas que más le ayudó en su oficio fue el conocimiento que tenía de las gentes de la comuna. Era un tigre para reclutar muchachos para el sicariato. Por eso, el primer magnicidio del cartel, el asesinato del ministro Rodrigo Lara Bonilla, se le encomendó a él. Fue él quien contrató y pagó a Byron de Jesús Velásquez, Iván Darío Guizao Alvarez y a los demás integrantes de la banda que cometió el asesinato en 1983.
Pero, su gran prueba como hombre de confianza del narcotráfico tuvo lugar en 1988 cuando Escobar lo envió al Valle con la misión de desatar la guerra contra el cartel de Cali. En compañía de otros sicarios recibió la orden de organizar el asesinato de las principales cabezas del narcotráfico en esa ciudad. Para lograrlo, "Pinina" compró apartamento y finca en lugares cercanos adonde residían y tenían propiedades los jefes del cartel de Cali. La operación fracasó después de que las autoridades en Medellín, tras una serie de allanamientos en la capital antioqueña, descubrieron y divulgaron los pormenores del plan.
Pero como el fracaso no había sido su culpa siguió gozando del aprecio de los jefes del cartel de Medellín, quienes para protegerlo, decidieron su traslado a Bogotá y desde entonces alternó sus actividades entre estas dos ciudades. "Pinina" pasó del magnicidio al carro-bomba y al crimen colectivo. Organizó y ordenó la racha de explosiones que ha dejado 262 civiles muertos, 129 policías asesinados en Medellín y miles de damnificados en todo el país.
El final de uno de los hombres más buscados por las autoridades militares y de policía se logró después de una larga labor de inteligencia que se inició hace cerca de un mes. El éxito del operativo se debió a la información entregada por un ciudadano que se comunicó en varias oportunidades con la comandancia de la policía de Antioquia para suministrar información sobre el paradero de "Pinina". Como recompensa por su información, el gobierno nacional le entregará, en absoluta reserva, cien millones de pesos.
El golpe llevó al director de la policía, general Gómez Padilla a afirmar que "se ha eliminado un eslabón más en la cacería de Pablo Escobar. A él seguiremos buscándolo. Le estamos cerrando espacios. El está en Antioquia, en los valles de Aburrá y de Rionegro. No sale de allí porque son lugares muy propicios para sus desplazamientos".

REVISTA SEMANA

jueves, 23 de agosto de 2012

LA NEGOCIACION CON LA JUSTICIA


ORDEN EN CASA
Nación En su primer mes, el nuevo Fiscal ha marcado diferencias claras con su antecesor, en las negociaciones con los narcos y las relaciones con Estados Unidos.
DURANTE SU ULTIMA SEmana como Fiscal General de la Nación, Gustavo de Greiff firmó una serie de actas en las que certificó que cinco de los más importantes hombres de la organización del cartel de Medellín, que hoy se encuentran detenidos en el pabellón de máxima seguridad de la cárcel Modelo, en Bogotá, habían colaborado eficazmente con la justicia y que sus confesiones habían permitido esclarecer numerosos crímenes, magnicidios y actos terroristas. Los beneficiados con las certificaciones firmadas por De Greiff fueron Carlos Alzate Urquijo, alias 'Arete'; Jhon Jairo Velásquez Vásquez, alias 'Popeye'; Sergio Alfonso Ortiz, alias 'El Pájaro'; Gustavo Gutiérrez Arrubla, alias 'Maxwell' y José Fernando Posada Fierro, alias 'Chepe Nando'. Estos hombres fueron llevados a la oficina del Fiscal General entre el martes 16 y el miércoles 17 de agosto por la fiscal Cruz Helena Aguilar, quien tenía a su cargo esos procesos.
Cuando Alfonso Valdivieso se posesionó el pasado 18 de agosto como nuevo Fiscal, encontró que las certificaciones expedidas por De Greiff no eran otra cosa que un beneficio más de rebaja de penas. Tan pronto tuvo claro el contenido y alcance de esos documentos, ordeno una completa revisiónde los procesos de los cinco beneficiados, para determinar qué tan eficaz había sido su colaboración.
Unos días después la sorpresa que se llevó fue mayúscula: la colaboración por parte de estos procesados dejaba mucho qué desear y no tenía el sustento que De Greiff había avalado. Muchas de las delaciones eran contradictorias y en algunos casos lo único que habían hecho era desviar y entorpecer otros procesos. Debido a ello, Valdivieso integró una comisión de fiscales especiales con el fin de medir con precisión la validez de lo actuado.
Este trabajo, que todavía se adelanta, ya arrojó los primeros resultados. Uno de ellos tiene que ver con el caso del 'Arete', en el cual la Fiscalía detectó varias inconsistencias. 'Arete' asumió, en una extensa confesión, la autoría de 30 de los más espantosos crímenes del cartel, entre ellos la voladura del avión de Avianca. Algunos funcionarios de la Fiscalía creen que 'Arete' asumió esas responsabilidades porque como en la legislación colombiana las penas no se acumulan y en cambio sí lo hacen los beneficios por colaboración, llega un momento en que da lo mismo confesar 10 ó 20 crímenes. Estos esguinces tinterillescos se dan, obviamente, si la Fiscalía lo permite con una interpretación de las normas generosa con el acusado, que es exactamente lo que algunos funcionarios de la Fiscalía creen que sucedió en este caso. "De las actas queda claro que en el caso de Alzate no hay pruebas suficientes en el expediente que certifiquen una verdadera y eficaz colaboración", señaló a SEMANA una alta fuente de la Fiscalía.
Para Valdivieso, el problema mayor es que, incluso si se acepta la veracidad de las confesiones del 'Arete', el supuesto autor de la voladura del avión de Avianca y del edificio del DAS, actos terroristas con más de 300 muertos terminaría pagando -en virtud de lo hasta ahora negociado- una condena de tan solo ocho años. Por ello, el proceso ha quedado congelado y en revisión. Pero el Fiscal no se quedó ahí. El viernes pasado decidió separar del conocimiento de los procesos que se adelantan contra el ala terrorista del cartel de Medellín a la fiscal Aguilar, la misma que hace algunos meses originó un escándalo al permitir que a una diligencia con el 'Arete' ingresaran dos personas ajenas a la Fiscalía, que luego resultaron ser abogados del cartel de Cali que querían entrevistarse con Alzate para definir un tratado de paz entre los dos carteles que se celebró, como se recuerda, con una comilona de pollo.

NUEVOS VIENTOS
Con estas primeras medidas Valdivieso ha demostrado que su gestión está tomando distancia de la de su antecesor. Las diferencias son de fondo y de forma. El nuevo Fiscal ha optado por ser menos protagonista y por buscar siempre la coordinación y conciliación de la política criminal con el Ejecutivo, como lo demostró el viaje que hizo la semana pasada a Estados Unidos en compañía del ministro de Justicia Néstor H. Martínez. En escasas 48 horas en Washington, Valdivieso y Martínez lograron recuperar la credibilidad de las autoridades estadounidenses en las posibilidades de la política de sometimiento de Colombia.
La cita más importante la cumplieron con Janet Reno, la poderosa fiscal norteamericana que había chocado espadas con De Greiff, en un episodio ocurrido a principios de año que echó por la borda la colaboración y el intercambio de pruebas.
Esta vez, la reunión tuvo una tónica bien distinta. "Se restableció un clima de confianza porque las autoridades norteamericanas tenían en claro que no estoy en favor de la legalización y que creo firmemente que para poder enfrentar jurídicamente a los carteles es indispensable la cooperación judicial de Estados Unidos", señaló Valdivieso.

MANO DURA
El trabajo realizado por el Fiscal no se ha limitado al lobby en Estados Unidos. A nivel interno ya comenzó a meter la mano y lo ha hecho con firmeza. La semana pasada metió baza en el asunto de las certificaciones que fueron expedidas a tres miembros del cartel de Cali por parte de De Greiff en enero pasado. En esa oportunidad Elmer Buitrago, más conocido como 'Pacho Herrera', José Olmedo Ocampo y Juan Carlos Ramírez se presentaron en el despacho del Fiscal y amparados en principio en el artículo 369 E del Código de Procedimiento Penal, solicitaron que se les abriera investigación por cuanto había rumores sobre sus actividades ilícitas. De Greiif procedió a abrir la correspondiente indagación y les otorgó certificaciones que los protegían de una posible captura.
Como los términos comenzaron a correr y el próximo mes de febrero vence el plazo para establecer si realmente estas personas son procesables, Valdivieso decidió estudiar el asunto para evitar así que queden exonerados de modo definitivo presuntos narcotraficantes. "No podemos permitir -le dijo a SEMANA el nuevo Fiscal- que gane la impunidad. Desde febrero hasta la fecha, contra esas tres personas no se ha conseguido una sola prueba. Si no se modifica la decisión de De Greiff, en febrero próximo esas personas quedarían a paz y salvo con la justicia ".
La decisión consistirá en revocar las tres certificaciones expedidas por De Greiff en febrero de este año y ordenar una investigación preliminar, de tal manera que si en 180 días no se encuentran pruebas contra ellos, se proceda al archivo provisional de los expedientes y no a una exoneración definitiva.
Otra de las medidas que muestra el nuevo tono muscular de la Fiscalía es el traslado de cuatro procesos que se venían adelantando en Cali contra los , hermanos Gilberto y Miguel Rodríguez Orejuela. La decisión obedece a que en Cali las investigaciones estaban virtualmente paralizadas y las decisiones adoptadas no eran las mejores.
Todos estos problemas parecen ser apenas la punta del iceberg de una cadena de irregularidades que ha comenzado a tocar fondo y que amenaza con aumentar la impunidad en los procesos que se adelantan por los más horrendos crímenes cometidos en la última década en el país. Por eso Valdivieso decidió coger el toro por los cuernos. Ojalá que todas estas propuestas no se queden en simples intenciones, porque la Fiscalía entró en cuidados intensivos.-