viernes, 24 de agosto de 2012

FINAL DEL CARTEL DE CALI, CAMBIOS DE PODER


El fin del Cartel de Cali fue el inicio de otras redes de narcos
 La captura de Gilberto Rodríguez se presentó en junio de 1995, también en Cali. Nueve años después fue extraditado. Archivo I El País
La condena a 30 años de cárcel a los hermanos Miguel y Gilberto Rodríguez fue la estocada final que acabó con la agrupación, que en la década de los 90 fue acusada de enviar el 80% de la coca que llegaba a Norteamérica. Los narcos del Norte del Valle asumieron su poder.
El Cartel de Cali murió. La estocada final que lo aniquiló fue la condena a 30 años de cárcel de sus máximos líderes y fundadores: Gilberto y Miguel Rodríguez Orejuela.
Los hermanos Rodríguez escribieron en las últimas tres décadas la historia de uno de los carteles de la droga más temidos, no sólo por su aparato armado sino por el poder económico y político que tuvieron.
Con la condena de los Rodríguez ¿qué quedó de esta agrupación? Es una respuesta que tiene diferentes lecturas.
Las autoridades estadounidenses y colombianas aseguran con vehemencia que el Cartel de Cali quedó exterminado. Sus máximos líderes están muertos, tras las rejas o negociaron con el Gobierno norteamericano. Sólo uno de ellos, Juan Carlos Ramírez, sigue siendo un capo de la droga. (ver recuadro y nota anexa)
Las personas que ocupaban los segundos y terceros lugares se dividieron en pequeños grupos, se asociaron con otros narcos o fueron asesinadas.
¿Cómo era?. Gilberto Rodríguez, máxima cabeza del Cartel de Cali, manejó esta agrupación como una empresa. Ese hecho dificultó a las autoridades su persecución.
Eran cuatro los máximos líderes: los hermanos Rodríguez Orejuela, José Santacruz y 'Pacho' Herrera. Pero debajo de ellos estaba toda la estructura del cultivo, procesamiento y tráfico de coca. Cada uno de estos frentes eran tratados como empresas independientes, pero que dependían de los jefes para su coordinación.
Sumado a esto estaban los pequeños carteles que sobrevivían amparados en los Rodríguez. Debían acoger las órdenes de ellos y por cada embarque 'coronado' pagarles un porcentaje, ya que eran los capos, los dueños de las rutas.
Eran empresas tipo 'Holding', cada una de ellas especialista en su rama. Pero la jerarquía de los Rodríguez era respetada por todos los miembros de la organización.

“Los Rodríguez eran una especie de padrinos, daban el aval, ya que tenían las rutas y los contactos con México y Estados Unidos”, aseguró un oficial que trabajó en el Bloque de Búsqueda de la Policía.
Entre 1995 y 1996 los principales capos de este grupo se entregaron. Años después dos de ellos, José Santacruz y 'Pacho Herrera', murieron.
En ese momento, el lugar que ocupaba el Cartel de Cali en el mundo del tráfico de las drogas fue asumido por el Cartel del Norte del Valle.
El Gobierno de Estados Unidos aseguró que en 1995 el Cartel de Cali originaba el 80% de la cocaína enviada a ese país. Años después esa cifra correspondía al mercado ilegal que dependía de los del Norte del Valle.
“Pasaron de ser los segundones, que en algunas ocasiones hacían trabajos para los de Cali, a ser los nuevos capos”, precisó una fuente de inteligencia.
En ese momento muchos de los antiguos mandos medios y bajos crearon alianzas con narcos como Orlando Henao Montoya e Iván Urdinola. Aunque éstos murieron en prisión, su imperio fue heredado por Wílber Varela, alias 'Jabón', y Diego Montoya, alias 'Don Diego'.
Muchos de los lugartenientes del Cartel de Cali pasaron a engrosar las filas de este nuevo grupo. Nombres como los de Carlos José Robayo, aías 'Guacamayo', e incluso el del mismo Víctor Patiño Fomeque, alias 'El Químico', integraron esa lista.
Patiño se convirtió en el transportista de Varela, lo que generó que el hermano de 'Pacho' Herrera atentara contra 'El Químico', en la cárcel de Villahermosa, en Cali.
Pero el poder del Cartel de Cali también fue menguado por las capturas de otros de sus integrantes y la muerte de algunas de las personas que trabajaron para los Rodríguez.
Fue el caso del capitán (r) del Ejército Jorge Eduardo Rojas Cruz, alias 'K6', uno de los hombres del brazo armado de la agrupación y encargado de sacar la droga por Bahía Solano. 'K6' desapareció en 1995 y se presume que fue asesinado.
Otros miembros del Cartel de Cali, como Julián Murcillo, Phanor Arizabaleta y Geovanny Caicedo pagaron su condena o negociaron con Estados Unidos y salieron libres.
Fuentes de los organismos de inteligencia reconocen que otros de los integrantes de esta agrupación evadieron la justicia y todavía no tienen orden de captura, aunque empezaron a enviar droga de forma independiente o trabajan para Montoya y Varela.

Los que quedaron. En diciembre del 2003, Estados Unidos solicitó en extradición a Miguel y Gilberto Rodríguez Orejuela. A la lista se sumaban otras nueve personas, entre ellas William Rodríguez.
Los presuntos socios de los Rodríguez eran Luis Eduardo Cuartas Soriano, Guillermo Restrepo Lara, Heriberto Patiño Ríos, Luis Ocampo Fómeque, Germán Navarro, Daniel Serrano, Harold Vélez y Luis Evelio Restrepo.
Aunque de esta lista, sólo Ocampo (medio hermano de Víctor Patiño) y Heriberto Patiño son considerados por los organismos judiciales colombianos piezas claves del negocio de la droga, los otros solicitados debían afrontar cargos por ayudar a los Rodríguez a lavar su dinero y evadir a las autoridades.
Aún la mitad de ellos están prófugos, los otros fueron extraditados a Estados Unidos, donde están sus antiguos jefes.
Tras años de persecución, el Cartel de Cali ha llegado a su fin. Pero no el negocio ilegal que impulsó, porque al morir, otras organizaciones se fortalecieron.
Tres datos claves
El último de los narcos del Cartel de Cali en ser detenido fue Joaquín Mario Valencia, 'El Caballista', quien fue arrestado en febrero del 2003 y extraditado un año después.
En una Corte de Tampa lo procesan por narcotráfico y lavado de activos. A las autoridades les costó muchos años comprobar sus vínculos con estos delitos.
El testimonio de Pedro Navarrete es la prueba reina que tiene la Fiscalía contra Valencia, a quien consideran como uno de los mayores transportistas de droga.
La ‘cúpula’ del Cartel de Cali
Gilberto Rodríguez Orejuela. Es apodado como 'El Ajedrecista', debido a la forma estratégica con la que manejó por años el Cartel de Cali. En 1995 fue detenido y luego de nueve años fue extraditado. El 3 de diciembre del 2004 fue llevado a Miami.
Miguel Rodríguez Orejuela. Fue el segundo hombre del cartel. Las autoridades aseguran que su hijo William Rodríguez heredó todo su poder en el mundo del narcotráfico. Estados Unidos también lo solicitó en extradición.
José Santacruz Londoño. Era considerado el hombre más temido en el Cartel de Cali. Fue el jefe del ala más violenta de esta agrupación. Según fuentes de inteligencia, este hombre era el tercero en jerarquía después de los Rodríguez. Se entregó a las autoridades y luego se fugó. Fue dado de baja en 1996 en un enfrentamiento con la Policía.

Elmer 'Pacho' Herrera. El 2 de septiembre de 1996 se entregó a las autoridades en una iglesia de Yumbo, pero dos años después fue asesinado en la cárcel de Palmira, por orden de Orlando Henao, lo que desató una guerra entre los dos clanes. Controlaba las bandas sicariales del Cartel de Cali y creó un emporio de construcción.
Víctor Patiño Fomeque. Conocido como 'El Químico', se convirtió en el principal transportista de droga. Su poder se centraba en Buenaventura, por donde sacaba la coca. Primero trabajó con el Cartel de Cali y luego se pasó al del Norte del Valle. Se entregó en 1995 y en el 2002 salió libre. Pero tiempo después fue recapturado y extraditado a Estados Unidos, donde negoció con la justicia.
Phanor Arizabaleta Arzayús. Se entregó a las autoridades en julio de 1995 y fue condenado a 28 años de cárcel por secuestro. En dos oportunidades le dieron la casa por cárcel, pero violó ese beneficio. Sin embargo, debido a una enfermedad del corazón fue llevado a una clínica. El 4 de mayo de 2004 un juez de Ejecución de Penas le suspendió la condena por enfermedad.
Henry Loaiza. 'El Alacrán' se entregó a las autoridades en junio de 1995 y fue condenado a trece años de prisión por narcotráfico.
El año pasado estuvo a punto de salir libre, pero la Fiscalía le impuso medida de aseguramiento por la masacre de más de cien campesinos en Trujillo, Valle

TOMADO DEL PERIODICO EL PAIS DE CALI

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