miércoles, 15 de agosto de 2012

15 AÑOS DESPUES DE LA MUERTE DE GONZALO RODRIGUEZ GACHA

ARTICULO DEL COLOMBIANO

Bogotá.
- Este 15 de diciembre se cumplen 15 años de la muerte del jefe del cartel de Medellín y socio de Pablo Escobar Gaviria, alias El Mexicano.

 - "Confirmado mi general, Gonzalo Rodríguez Gacha fue dado de baja", dijo uno de los oficiales de la Policía que participó en el operativo en Sucre.
Eran las 11 de la mañana del jueves 14 de diciembre de 1989. Hombres de la Fuerza Elite de la Policía recibieron orden directa de su director, el General Miguel Antonio Gómez Padilla, para seguir a siete sujetos que se encontraban en la costa Atlántica. Uno de ellos era considerado el hombre más buscado por la justicia colombiana y del mundo en ese momento.
 El general Octavio Vargas Silva, comandante operativo de la Policía, se desplazó a Cartagena y dio la voz de alerta a la central en Bogotá: José Gonzalo Rodríguez Gacha, El Mexicano, estaba en la mira del grupo que lo perseguía.
 La alerta se extendió entre los altos mandos de la institución y del Departamento Administrativo de Seguridad (DAS). Ese mismo día, en mitad de una ceremonia policial, una serie de llamadas telefónicas y conversaciones discretas comenzaron a circular en la tarima de honor. Sin embargo, todo fue secreto hasta la medianoche del 16 de diciembre, momento en que el presidente de la República, Virgilo Barco, y los jefes de los organismos de inteligencia se enteraron que se había iniciado la persecución en firme de Gonzalo Rodríguez Gacha.
Momentos de tensión
A la una de la tarde, el general Gómez Padilla le comentó los pormenores del operativo de inteligencia al general Miguel Maza Márquez, director del DAS, y cuyas oficinas, hacía 10 días, habían sido golpeadas con la detonación de un bus cargado de dinamita que dejó 70 personas y la destrucción total de su sede.
Al terminar la charla, el operador de radio del centro de inteligencia del Ministerio de Defensa recibió instrucciones precisas para que se comunicara con el general Vargas Silva, pero los intentos fueron infructuosos durante los primeros minutos. Se hizo un puente con Medellín y el rumor sobre el descubrimiento de uno de los hombres más buscados del país tomaba fuerza.
Rápidamente, el general Maza salió de la oficina a su encuentro con el presidente Barco, se subieron al mismo vehículo, pero en ningún momento le comentó algo al respecto.  Después de despedirse del Primer Mandatario, el director del DAS llamó al general Gómez Padilla y concretaron pormenores sobre la acción a seguir en el sitio donde se encontraba el blanco.
"Tengo la corazonada de algo bueno para el país", dijo Maza Márquez, razón por la cual decidió conversar con el director de la Policía y en la noche con el presidente Barco.  A las ocho de la mañana del 15 de diciembre la Fuerza Elite montó un extenso operativo entre Tolú y Coveñas en el departamento de Sucre, las acciones se iniciaron entre los balnearios de estos municipios más exactamente. Las autoridades impidieron el tránsito de vehículos y acordonaron el área de manera inusual. Una hora después la hacienda Tolugas fue el objetivo.
 El general Gómez Padilla dijo que se dio un golpe de mano, en el cual se utilizaron todos los medios. La sorpresa fue total para %¬El Mexicano%¬ y sus hombres. El operativo fue simultáneo. Los primeros agentes fueron recibidos a bala por los escoltas del capo. El intercambio de disparos duró cerca de 35 minutos, hasta cuando la Fuerza Elite se tomó la casa principal por asalto.
 El primer reporte por radio lo recibió el subdirector de la policía, general Carlos Arturo Casadiego Torrado, a las 11 de la mañana en Bogotá. Fue confuso. No se sabía con exactitud si el hombre clave había sido capturado o estaba muerto. Los minutos fueron angustiosos. Una llamada de Palacio preocupó al oficial, quien a esa hora ordenaba por radio ante el viaje inesperado del general Gómez Padilla a Cali.
 Los siete fugitivos, percatados de la presencia de la Policía, en principio comenzaron a huir desde el amanecer del viernes en un yate hacia Coveñas. Después, abordaron un camión y se desplazaron por la carretera paralela al mar hacia Tolú.
El gope de gracia
A la 1:45 de la tarde de ese viernes 15 de diciembre de 1989 en esa misma vía que comunica a Tolú con Sincelejo, la Policía inició un espectacular seguimiento como se le denominó en su momento. Un grupo de helicópteros artillados comenzó a disparar sobre el camión donde se transportaba el hombre clave de las autoridades.
 Este hombre abandonó el vehículo, intentó regresar para no enfrentar un retén que pocos metros adelante tenía el Ejército, y creyó encontrarse una salida en un área boscosa que está detrás de la finca La Lucha, una muela de la hacienda Tordecillas, en la cual la Policía había capturado dos meses atrás a otro extraditable, Eduardo Martínez, actualmente preso en Estados Unidos.
 El capo y sus guardaespaldas abrieron fuego con subametralladoras y otras armas. Hubo un intenso tiroteo, el helicóptero artillado de la Policía respondió el ataque junto con una unidad en tierra que apoyaba la operación aérea. Rodríguez Gacha y sus hombre también utilizaron granadas para enfrentar la acción de la Policía mientras huía por un platanal. Al final cayó muerto.
Desde Cali, el general Gómez Padilla recibió la noticia: "confirmado mi general, El Mexicano, fue dado de baja". Hubo unos largos segundos de silencio. "Se acaba de morir la cabeza del organismo terrorista más contundente que hay en Colombia. Sin la cabeza lo que sigue es mucho más fácil", dijo Maza Márquez al anunciar al país los resultados de la operación.
 Junto con Rodríguez Gacha murió su hijo Fredy Gonzalo Rodríguez Celades, y cinco de sus guardaespaldas. Según informe de la policía, el operativo se inició cuando fue dejado en libertad el joven hijo del narcotraficante, quien había sido capturado en una de sus fincas en Pacho, Cundinamarca, bajo la sindicación de porte ilegal de armas.
 Quince años después, del capo sólo quedan los recuerdos. Su organización fue desvertebrada y su fortuna es hoy la esperanza de muchos campesinos sin tierra al ser expropiada por la justicia.


Con la agencia Colprensa

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