EL IMPERIO DE JUVENAL
Alejandro Bernal, pieza clave de la Operación Milenio, ha sido señalado por las autoridades como el nuevo rey del narcotráfico. ¿Quién es este hombre?
Fecha: 11/22/1999 -912 El otro lado del ventanal una tenue luz dejaba ver en la penumbra la silueta de tres hombres que no paraban de hablar. Afuera el frío era intenso. Un oficial impartía las últimas órdenes a un grupo conformado por 10 expertos en operaciones de choque. Avanzaron lentamente, sigilosos. Con pies de puntillas. Los uniformados se ubicaron en sitios estratégicos en posición de ataque. De repente los vidrios del ventanal volaron en mil pedazos. Una voz chillona _la del oficial al mando_ retumbaba por todas partes: ¡Qué nadie se mueva!... ¡Todos con las manos en la cabeza!...Una pequeña cámara de televisión registró los 25 minutos que duró el operativo. En una enorme salapermanecían sentados los tres hombres. Ninguno de ellos musitaba palabra. Sus rostros estaban pálidos. Desencajados. Sobre una mesa de centro había varias botellas de licor, vasos y tres bandejas con pasabocas. Los agentes del grupo de choque continuaron la requisa. No dejaron nada al azar: dormitorios, cocina, estudio, muebles y cuanto cajón encontraron en su camino.Allí, en un elegante apartamento localizado al norte de Bogotá, se encontraban Alejandro Bernal, Luis Fernando Rebollón Arcila y Alfredo Tascón; 'Juvenal', 'Jimmy' y 'Canelita', según sus respectivos alias. Estaban celebrando el cumpleaños del dueño de casa, Luis Fernando Rebollón. Los tres estaban en la mira de las autoridades _colombianas y estadounidenses_ durante los últimos 18 meses. Las autoridades siguieron los pasos de cada uno de ellos día y noche. Los tres hacían parte del grupo de los peces gordos de la operación Milenio. Una misión que ha sido calificada por las autoridades gringas como perfecta: tres años de trabajo en busca de pistas, 18 meses de seguimiento a cerca de 100 personas, 52 allanamientos realizados simultáneamente en tres países: Colombia, Ecuador y México. El resultado: el arresto de 35 personas, 30 de ellas en Colombia. "A cada uno de los 50 hombres que participaron en Milenio _policías y fiscales_ se les entregó una carpeta que contenía fotos, hoja de vida, contactos, negocios de fachada, carta dactiloscópica y lugares de residencia de las 30 personas que teníamos que capturar. No nos equivocamos en ninguna de las capturas y en ninguno de los allanamientos. Todo salió al pie de la letra", contó a SEMANA uno de los oficiales que estuvo al mando de la operación. La sorpresa que se llevaron los colombianos el miércoles pasado fue mayúscula. Los medios daban cuenta de una operación que se había realizado en horas de la madrugada _4:35 a.m._, en la que habían caído 30 personas, entre ellas Fabio Ochoa Vásquez, todas ellas con fines de extradición. Excepto la del hermano menor de los Ochoa, las historias personales de los detenidos eran totalmente desconocidas.¿Y quien es el?Pero a medida que los encargados de la Operación Milenio comenzaron a conceder declaraciones, en especial la rueda de prensa de la fiscal general de Estados Unidos, Janet Reno, acompañada por el embajador de Colombia en Washington, Luis Alberto Moreno, se hicieron evidentes la dimensión e importancia de este golpe a la estructura del narcotráfico. En medio de la barahúnda de noticias surgió un nombre: Alejandro Bernal, alias 'Juvenal'. Señalado por las autoridades como el sucesor de Pablo Escobar. Incluso se dijo que era el nuevo rey del narcotrafico, el hombre que movía los hilos del negocio en una intrincada operación que se iniciaba en Colombia, pasaba por los sanguinarios carteles de México y terminaba en los puertos de Estados Unidos, especialmente los de las costas de la Florida. Pero, ¿quién es este personaje, que se mantuvo impávido frente a la órdenes del oficial de la Policía que hizo su arresto en un apartamento al norte de Bogotá? La familia Bernal tiene sus ancestros en el municipio de La Ceja, Antioquia. En la entrada del pueblo se ubicó un busto en honor a Jesús María Bernal _familiar lejano de "Juvenal"_ conocido por sus coterráneos como 'Chepe Metralla' por haber sido ministro de Guerra en el gobierno de Laureano Gómez . 'Juvenal' hace parte de una familia conformada por cinco hermanos. Se casó hace 15 años y es padre de tres hijos, dos de ellos nacidos en Los Angeles, California. Para allá arrancó a comienzos de los 80 y lo hizo, de acuerdo con varios de sus allegados, para probar suerte y rebuscarse la vida. Según esos testimonios Bernal se convirtió en un próspero proveedor de materiales de construcción, especialmente en la línea de grifería y porcelana para el decorado de interiores de casas y apartamentos. No obstante, para los investigadores, su viaje a Estados Unidos tenía otro fin: montar las redes de distribución de la cocaína enviada por el cartel de Medellín, en ese entonces ya en manos de Pablo Escobar. Fue tal su éxito que al poco tiempo se convirtió en la mano derecha del jefe del cartel de Medellín en lo que tenía que ver con el negocio de la droga en Estados Unidos. "En ese momento la guerra entre Cali y Medellín comenzaba. El pleito se originó por las rutas y las redes de distribución en Estados Unidos. Y 'Juvenal' era la pieza fundamental para que Escobar mantuviera ese dominio en California, que era uno de los mercados más poderosos dentro de Estados Unidos", señaló a SEMANA uno de los investigadores.Nuevos vientosEn Los Angeles vivió casi cinco años. Pero al intensificarse la guerra entre Escobar y la gente de Cali, Alejandro Bernal decidió montar toldo aparte y alejarse de ese enfrentamiento mortal. Fue así como, a mediados de 1985, empacó maletas y partió rumbo a Ciudad de México. Bajo la fachada de negocios inmobiliarios 'Juvenal' comenzó a mover sus contactos en busca de ofrecer droga proveniente de Colombia para abastecer los carteles de México, que en ese momento estaban bajo el dominio absoluto de Amado Carrillo, conocido como 'El señor de los cielos'. Muy pronto, de acuerdo con la historia de las autoridades, 'Juvenal' logró acercarse a los predios de Carrillo. Y su amistad se consolidó en 1989 cuando Alejandro Bernal fue capturado por las autoridades mexicanas en una operación contra el narcotráfico. Fue sorprendido con las manos en la masa. Era el responsable de un cargamento de 500 kilos. Cayó con otras 13 personas y terminó entre las rejas en una cárcel de la capital mexicana. Cuando se esperaba una larga condena Bernal recobró su libertad ocho meses después de ese episodio. "Rodó plata por montones para sacarlo de la cárcel. Carrillo se encargó personalmente de su caso como un gesto a su lealtad, pues en los interrogatorios 'Juvenal' no delató a ninguno de sus contactos y se declaró como único culpable del cargamento de los 500 kilos de coca", dijo a SEMANA un oficial de la Operación Milenio. El compadrazgo con Carrillo fue sellado con el bautizo de los hijos gemelos de 'Juvenal'. 'El señor de los cielos' fue nombrado padrino y en una fastuosa fiesta en Ciudad de México los dos hombres sellaron una amistad de por vida.A manos llenasA partir de ese momento 'Juvenal' se convirtió en el hombre clave de las rutas y las redes de distribución de droga para la organización de Amado Carrillo. Según los investigadores, Bernal activó sus contactos en Los Angeles y en Colombia y les ofreció a las organizaciones siete rutas seguras para introducir la coca a Estados Unidos. Su trabajo no sólo se limitó a la planeación del ingreso y la distribución de los cargamentos. Sirvió de 'puente' para buscarle una solución al enfrentamiento entre los carteles colombianos y mexicanos, que para ese entonces amenazaba la estabilidad del negocio y tenía en alerta a las agencias antidrogas de Estados Unidos. Sus negocios y fortuna dieron paso a sus dos pasiones: las mujeres y los caballos de paso. "En ambos 'hobbies' derrochó una gran fortuna. Sus bacanales podían durar una semana y a sus mansiones llegaba acompañado de cuatro o cinco mujeres, con las que se encerraba sin ningún problema durante ocho días. Y a cada una de ellas llegó a darles regalos en plata hasta de 10 millones de pesos". En cuanto a los caballos su pasión no tenía límite. Dueño por lo menos de 250 caballos pura sangre cuyos precios oscilan entre los tres y ocho millones de dólares. "A sus ejemplares más finos les hizo colocar un 'microchip' para detectarlos en caso de que se los robaran".En busca del tiempo perdidoSu vida en México llegó a su fin a mediados de 1995. Amado Carrillo tenía la firme intención de dejar su país y echar raíces en Chile. No era una decisión caprichosa. Las autoridades estadounidenses le seguían la pista muy de cerca. Y encontró en el país austral _donde había montado una serie de negocios de fachada_ un buen refugio para la tempestad que se avecinaba. Alejandro Bernal tenía otros planes. Había llegado la hora de cortar el cordón umbilical con su compadre y seguir caminos diferentes. Es así como a finales de 1995, después de haber permanecido casi 15 años fuera de su país, 'Juvenal' regresó a Colombia con la decisión de quedarse. Se instaló en Medellín. Allí montó buena parte de sus negocios, especialmente los relacionados con el manejo de sus caballos. Pero abrió otras casas. Varias de ellas en Bogotá y la Costa. En la capital antioqueña lo sorprendió la muerte de Amado Carrillo. Un deceso que desató una guerra sin cuartel entre los carteles de México, que comenzaron a disputarse el trono dejado por un hombre que manejó los hilos del narcotráfico en ese país. "Juvenal' esperó que las organizaciones se reacomodaran. Y después entró en contacto con ellos para ofrecerles mercancía desde Colombia", dijo a SEMANA uno de los oficiales de la Operación Milenio. Pero el interés en sus negocios no sólo era por parte de los mexicanos. En Colombia también encontró socios que estaban dispuestos a poner sus cargamentos en manos seguras. Y qué mejor que las de un hombre que conocía al dedillo las rutas y las redes de distribución tanto en México como en Estados Unidos. "Muchos de sus antiguos amigos reanudaron esa vieja amistad que los unía con 'Juvenal'. Uno de ellos fue Fabio Ochoa", dijo uno de los investigadores. Ochoa, por su parte, ha confirmado su amistad de muchos años con 'Juvenal' pero ha negado sus vínculos con actividades de narcotráfico. A 'Juvenal' también lo buscaron los nuevos dueños del negocio. Gente que después de la muerte de Escobar y la captura de los cabecillas del cartel de Cali decidió meterle el hombro al negocio de la droga y mantener un bajo perfil para que las autoridades colombianas no pudieran detectar sus movimientos. Fue sin duda una estrategia equivocada. Un grupo de por lo menos 50 investigadores los seguían día y noche. Pero ninguno de ellos detectó el menor movimiento en su contra. 'Juvenal' logró alianzas casi imposibles. Juntó las organizaciones del norte del Valle, la Costa, Medellín, Cali y Bogotá. Con todos ellos comenzó a trabajar en un solo grupo y los envíos de droga alcanzaban las 30 toneladas al mes. "Rápidamente su fortuna la multiplicó. Los inventarios que se han hecho sobre sus propiedades y cuentas en el exterior lo convierten en un hombre extremadamente rico. Los cálculos de su fortuna superan los 1.000 millones de dólares", señaló a SEMANA uno de los investigadores. Pero su imperio se derrumbó la semana pasada. Cuando menos lo creía saltó la liebre. Esta vez en la figura de 50 agentes élite de los organismos de Inteligencia, la Dijin y la Fiscalía que habían rastreado su vida durante 18 meses. Su trabajo fue respaldado por las agencias antidrogas de Estados Unidos, que armaron un voluminoso expediente que hoy reposa en las cortes federales de la Florida. Los fiscales y jueces estadounidenses esperan con paciencia que 'Juvenal' y sus demás socios sean extraditados para comenzar una batalla jurídica que busca condenarlos a cadena perpetua.
Alejandro Bernal, pieza clave de la Operación Milenio, ha sido señalado por las autoridades como el nuevo rey del narcotráfico. ¿Quién es este hombre?
Fecha: 11/22/1999 -912 El otro lado del ventanal una tenue luz dejaba ver en la penumbra la silueta de tres hombres que no paraban de hablar. Afuera el frío era intenso. Un oficial impartía las últimas órdenes a un grupo conformado por 10 expertos en operaciones de choque. Avanzaron lentamente, sigilosos. Con pies de puntillas. Los uniformados se ubicaron en sitios estratégicos en posición de ataque. De repente los vidrios del ventanal volaron en mil pedazos. Una voz chillona _la del oficial al mando_ retumbaba por todas partes: ¡Qué nadie se mueva!... ¡Todos con las manos en la cabeza!...Una pequeña cámara de televisión registró los 25 minutos que duró el operativo. En una enorme salapermanecían sentados los tres hombres. Ninguno de ellos musitaba palabra. Sus rostros estaban pálidos. Desencajados. Sobre una mesa de centro había varias botellas de licor, vasos y tres bandejas con pasabocas. Los agentes del grupo de choque continuaron la requisa. No dejaron nada al azar: dormitorios, cocina, estudio, muebles y cuanto cajón encontraron en su camino.Allí, en un elegante apartamento localizado al norte de Bogotá, se encontraban Alejandro Bernal, Luis Fernando Rebollón Arcila y Alfredo Tascón; 'Juvenal', 'Jimmy' y 'Canelita', según sus respectivos alias. Estaban celebrando el cumpleaños del dueño de casa, Luis Fernando Rebollón. Los tres estaban en la mira de las autoridades _colombianas y estadounidenses_ durante los últimos 18 meses. Las autoridades siguieron los pasos de cada uno de ellos día y noche. Los tres hacían parte del grupo de los peces gordos de la operación Milenio. Una misión que ha sido calificada por las autoridades gringas como perfecta: tres años de trabajo en busca de pistas, 18 meses de seguimiento a cerca de 100 personas, 52 allanamientos realizados simultáneamente en tres países: Colombia, Ecuador y México. El resultado: el arresto de 35 personas, 30 de ellas en Colombia. "A cada uno de los 50 hombres que participaron en Milenio _policías y fiscales_ se les entregó una carpeta que contenía fotos, hoja de vida, contactos, negocios de fachada, carta dactiloscópica y lugares de residencia de las 30 personas que teníamos que capturar. No nos equivocamos en ninguna de las capturas y en ninguno de los allanamientos. Todo salió al pie de la letra", contó a SEMANA uno de los oficiales que estuvo al mando de la operación. La sorpresa que se llevaron los colombianos el miércoles pasado fue mayúscula. Los medios daban cuenta de una operación que se había realizado en horas de la madrugada _4:35 a.m._, en la que habían caído 30 personas, entre ellas Fabio Ochoa Vásquez, todas ellas con fines de extradición. Excepto la del hermano menor de los Ochoa, las historias personales de los detenidos eran totalmente desconocidas.¿Y quien es el?Pero a medida que los encargados de la Operación Milenio comenzaron a conceder declaraciones, en especial la rueda de prensa de la fiscal general de Estados Unidos, Janet Reno, acompañada por el embajador de Colombia en Washington, Luis Alberto Moreno, se hicieron evidentes la dimensión e importancia de este golpe a la estructura del narcotráfico. En medio de la barahúnda de noticias surgió un nombre: Alejandro Bernal, alias 'Juvenal'. Señalado por las autoridades como el sucesor de Pablo Escobar. Incluso se dijo que era el nuevo rey del narcotrafico, el hombre que movía los hilos del negocio en una intrincada operación que se iniciaba en Colombia, pasaba por los sanguinarios carteles de México y terminaba en los puertos de Estados Unidos, especialmente los de las costas de la Florida. Pero, ¿quién es este personaje, que se mantuvo impávido frente a la órdenes del oficial de la Policía que hizo su arresto en un apartamento al norte de Bogotá? La familia Bernal tiene sus ancestros en el municipio de La Ceja, Antioquia. En la entrada del pueblo se ubicó un busto en honor a Jesús María Bernal _familiar lejano de "Juvenal"_ conocido por sus coterráneos como 'Chepe Metralla' por haber sido ministro de Guerra en el gobierno de Laureano Gómez . 'Juvenal' hace parte de una familia conformada por cinco hermanos. Se casó hace 15 años y es padre de tres hijos, dos de ellos nacidos en Los Angeles, California. Para allá arrancó a comienzos de los 80 y lo hizo, de acuerdo con varios de sus allegados, para probar suerte y rebuscarse la vida. Según esos testimonios Bernal se convirtió en un próspero proveedor de materiales de construcción, especialmente en la línea de grifería y porcelana para el decorado de interiores de casas y apartamentos. No obstante, para los investigadores, su viaje a Estados Unidos tenía otro fin: montar las redes de distribución de la cocaína enviada por el cartel de Medellín, en ese entonces ya en manos de Pablo Escobar. Fue tal su éxito que al poco tiempo se convirtió en la mano derecha del jefe del cartel de Medellín en lo que tenía que ver con el negocio de la droga en Estados Unidos. "En ese momento la guerra entre Cali y Medellín comenzaba. El pleito se originó por las rutas y las redes de distribución en Estados Unidos. Y 'Juvenal' era la pieza fundamental para que Escobar mantuviera ese dominio en California, que era uno de los mercados más poderosos dentro de Estados Unidos", señaló a SEMANA uno de los investigadores.Nuevos vientosEn Los Angeles vivió casi cinco años. Pero al intensificarse la guerra entre Escobar y la gente de Cali, Alejandro Bernal decidió montar toldo aparte y alejarse de ese enfrentamiento mortal. Fue así como, a mediados de 1985, empacó maletas y partió rumbo a Ciudad de México. Bajo la fachada de negocios inmobiliarios 'Juvenal' comenzó a mover sus contactos en busca de ofrecer droga proveniente de Colombia para abastecer los carteles de México, que en ese momento estaban bajo el dominio absoluto de Amado Carrillo, conocido como 'El señor de los cielos'. Muy pronto, de acuerdo con la historia de las autoridades, 'Juvenal' logró acercarse a los predios de Carrillo. Y su amistad se consolidó en 1989 cuando Alejandro Bernal fue capturado por las autoridades mexicanas en una operación contra el narcotráfico. Fue sorprendido con las manos en la masa. Era el responsable de un cargamento de 500 kilos. Cayó con otras 13 personas y terminó entre las rejas en una cárcel de la capital mexicana. Cuando se esperaba una larga condena Bernal recobró su libertad ocho meses después de ese episodio. "Rodó plata por montones para sacarlo de la cárcel. Carrillo se encargó personalmente de su caso como un gesto a su lealtad, pues en los interrogatorios 'Juvenal' no delató a ninguno de sus contactos y se declaró como único culpable del cargamento de los 500 kilos de coca", dijo a SEMANA un oficial de la Operación Milenio. El compadrazgo con Carrillo fue sellado con el bautizo de los hijos gemelos de 'Juvenal'. 'El señor de los cielos' fue nombrado padrino y en una fastuosa fiesta en Ciudad de México los dos hombres sellaron una amistad de por vida.A manos llenasA partir de ese momento 'Juvenal' se convirtió en el hombre clave de las rutas y las redes de distribución de droga para la organización de Amado Carrillo. Según los investigadores, Bernal activó sus contactos en Los Angeles y en Colombia y les ofreció a las organizaciones siete rutas seguras para introducir la coca a Estados Unidos. Su trabajo no sólo se limitó a la planeación del ingreso y la distribución de los cargamentos. Sirvió de 'puente' para buscarle una solución al enfrentamiento entre los carteles colombianos y mexicanos, que para ese entonces amenazaba la estabilidad del negocio y tenía en alerta a las agencias antidrogas de Estados Unidos. Sus negocios y fortuna dieron paso a sus dos pasiones: las mujeres y los caballos de paso. "En ambos 'hobbies' derrochó una gran fortuna. Sus bacanales podían durar una semana y a sus mansiones llegaba acompañado de cuatro o cinco mujeres, con las que se encerraba sin ningún problema durante ocho días. Y a cada una de ellas llegó a darles regalos en plata hasta de 10 millones de pesos". En cuanto a los caballos su pasión no tenía límite. Dueño por lo menos de 250 caballos pura sangre cuyos precios oscilan entre los tres y ocho millones de dólares. "A sus ejemplares más finos les hizo colocar un 'microchip' para detectarlos en caso de que se los robaran".En busca del tiempo perdidoSu vida en México llegó a su fin a mediados de 1995. Amado Carrillo tenía la firme intención de dejar su país y echar raíces en Chile. No era una decisión caprichosa. Las autoridades estadounidenses le seguían la pista muy de cerca. Y encontró en el país austral _donde había montado una serie de negocios de fachada_ un buen refugio para la tempestad que se avecinaba. Alejandro Bernal tenía otros planes. Había llegado la hora de cortar el cordón umbilical con su compadre y seguir caminos diferentes. Es así como a finales de 1995, después de haber permanecido casi 15 años fuera de su país, 'Juvenal' regresó a Colombia con la decisión de quedarse. Se instaló en Medellín. Allí montó buena parte de sus negocios, especialmente los relacionados con el manejo de sus caballos. Pero abrió otras casas. Varias de ellas en Bogotá y la Costa. En la capital antioqueña lo sorprendió la muerte de Amado Carrillo. Un deceso que desató una guerra sin cuartel entre los carteles de México, que comenzaron a disputarse el trono dejado por un hombre que manejó los hilos del narcotráfico en ese país. "Juvenal' esperó que las organizaciones se reacomodaran. Y después entró en contacto con ellos para ofrecerles mercancía desde Colombia", dijo a SEMANA uno de los oficiales de la Operación Milenio. Pero el interés en sus negocios no sólo era por parte de los mexicanos. En Colombia también encontró socios que estaban dispuestos a poner sus cargamentos en manos seguras. Y qué mejor que las de un hombre que conocía al dedillo las rutas y las redes de distribución tanto en México como en Estados Unidos. "Muchos de sus antiguos amigos reanudaron esa vieja amistad que los unía con 'Juvenal'. Uno de ellos fue Fabio Ochoa", dijo uno de los investigadores. Ochoa, por su parte, ha confirmado su amistad de muchos años con 'Juvenal' pero ha negado sus vínculos con actividades de narcotráfico. A 'Juvenal' también lo buscaron los nuevos dueños del negocio. Gente que después de la muerte de Escobar y la captura de los cabecillas del cartel de Cali decidió meterle el hombro al negocio de la droga y mantener un bajo perfil para que las autoridades colombianas no pudieran detectar sus movimientos. Fue sin duda una estrategia equivocada. Un grupo de por lo menos 50 investigadores los seguían día y noche. Pero ninguno de ellos detectó el menor movimiento en su contra. 'Juvenal' logró alianzas casi imposibles. Juntó las organizaciones del norte del Valle, la Costa, Medellín, Cali y Bogotá. Con todos ellos comenzó a trabajar en un solo grupo y los envíos de droga alcanzaban las 30 toneladas al mes. "Rápidamente su fortuna la multiplicó. Los inventarios que se han hecho sobre sus propiedades y cuentas en el exterior lo convierten en un hombre extremadamente rico. Los cálculos de su fortuna superan los 1.000 millones de dólares", señaló a SEMANA uno de los investigadores. Pero su imperio se derrumbó la semana pasada. Cuando menos lo creía saltó la liebre. Esta vez en la figura de 50 agentes élite de los organismos de Inteligencia, la Dijin y la Fiscalía que habían rastreado su vida durante 18 meses. Su trabajo fue respaldado por las agencias antidrogas de Estados Unidos, que armaron un voluminoso expediente que hoy reposa en las cortes federales de la Florida. Los fiscales y jueces estadounidenses esperan con paciencia que 'Juvenal' y sus demás socios sean extraditados para comenzar una batalla jurídica que busca condenarlos a cadena perpetua.
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